Parte 1. SI NO ES AHORA CUÁNDO
9. ANIMAL DE COSTUMBRES
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Часть 1. Если не сейчас, то когдаГлава 9. Обычный человек
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He llegado a mi sitio, he mirado el correo electrónico, he revisado los que llevaban el icono de urgente, he pensado que por qué narices todo el mundo cree que su correo es urgente aun sabiendo que va a ir directamente a la papelera, he maldecido a unos cuantos por alarmarme innecesariamente, he recordado el último urgente que escribí yo, y he pensado que el receptor también debió de maldecirme a mí, porque la única urgencia que tenía era que llegaba el fin de semana. He bajado a tomarme un café con mi compi, en el ascensor he dicho que no había comprado tabaco porque ya no iba a fumar más, me he fumado un cigarro que le he pedido a él con el café, he vuelto a mi mesa, he revisado los textos de unas promociones que tenía pendientes, he descartado dos, he escrito uno, he mirado otras publis para comparar, he notado de pronto un revuelo en la oficina, he levantado la cabeza del ordenador y he visto que entraba un mensajero con un ramo inmenso de rosas rojas. Ha venido directo a mi mesa, me ha hecho firmar un papel, me lo ha entregado y se me ha parado el corazón. Mis compañeros se han fone pegustedenadpuesto de pie y han comenzado a aplaudir. Yo me he levantado de mi silla para coger el ramo y, cuando lo tenía en mis manos y mi corazón ha vuelto a palpitar, lo ha hecho con tanta fuerza que casi se me sale del pecho: «¡Dios mío! ¡Beto! ¡Beto! ¡Sííííííííí!» He besado el ramo, lo he dejado encima de la mesa y he abierto el sobre de la tarjeta temblando y sintiendo que mis compañeros, después de la barrila que les he dado con la historia, estaban tan contentos como yo. Les he sonreído. Donato, mi jefe, me ha guiñado un ojo desde la puerta de su despacho. He leído lo que estaba escrito en la tarjeta: «Gracias por la última campaña. Ha sido un éxito. Fdo: Odette Farmacéuticos.» He vuelto a guardar la tarjeta en el sobre. Me han mirado todos en silencio y se han ido sentando otra vez en sus sitios. Yo he bajado la cabeza y me he ido al cuarto de baño. Estaba Lupe, la señora de la limpieza. - ¿Qué te pasa, Nata? -ha dicho al verme. Me he puesto a llorar. Lupe me ha abrazado y he sentido el tacto suave de su bata rosa y el olor cálido de su piel, una mezcla de detergente y de crema hidratante. Me ha acariciado el pelo. - Él se lo pierde, hija, él se lo pierde. Me he puesto a llorar más fuerte. Es asombroso cómo algunas personas saben lo que ocurre sin que tú tengas que decir nada. - Vamos, chicuelina, vamos. Déjame que te lave la cara. Lupe me ha lavado la cara, me la ha secado con el rollo de papel y me ha peinado mojándose los dedos en agua. Luego ha sacado un botecito de colonia del bolsillo de su bata y me ha extendido unas gotas por las manos frotándolas con las suyas. Igual que mi abuela. Cuando mi madre me dejaba algunos sábados a dormir en su casa, el domingo por la mañana mi abuela me peinaba mojando el cepillo en el grifo y estirando el pelo hacia atrás para hacerme una cola de caballo. Luego hacía una lazada con una cinta azul y me echaba colonia con un flus flus. Al mirarme en el espejo, era como si otra niña estuviera observándome desde el otro lado con su coleta tirante y su lazo azul. Ni siquiera me atrevía a parpadear para no despeinarla. Me ha entrado la risa y Lupe, al oírme, ha suspirado de alivio. - ¡Ale! -Me ha dado dos besos sonoros en las mejillas-. No te entretengas más, hija, que vas a preocupar a tus compañeros. He salido del cuarto de baño. Me ha llamado mi jefe a su despacho, me ha dado la enhorabuena por la campaña, ha llegado la hora de comer, he invitado a una ronda de cañas en el bar, he decidido que iba a tomar algo ligero, me he pedido un filete con patatas, he vuelto a fumar, hemos subido a la oficina, he vuelto a mi mesa, he hecho unas cuantas gestiones, he pasado toda la tarde concentrada en unos textos sin levantarme de mi sitio, he mirado el reloj, he visto que se había ido casi todo el mundo, he recogido mis cosas y mis rosas y he salido. Cuando iba a buscar mi coche era casi de noche y me he cruzado con uno que salía tan tarde como yo. - Bonitas flores… - Gracias. Era Mauro. ¿Qué hacía a aquellas horas en la agencia? Me daba igual. Cuando he llegado a casa he abierto una lata de pimientos rellenos, me he puesto una copa de vino, me he fumado un cigarro sentada en el sofá y he encendido una vela para que no oliera a humo. He mirado mi casa. He pensado: «Joder, qué bonita es mi casa. Está más bonita que nunca. Qué putada estar sola y no poder disfrutarla con nadie.» Me he acordado otra vez de ti. Luego he pensado en Mauro. Si alguna vez vendrá a mi casa, si se sentará en este sofá, si nos pondremos una copa de vino y follaremos. Si luego lo mantendremos en secreto, si sería muy importante mantenerlo en secreto para que no se enteraran en el curro, si sería una relación que mereciera la pena o sería un polvo solamente, si la gente no sabe guardar un secreto, si Rita tiene una almorrana y lo canta a los cuatro vientos, si yo tuviera una almorrana sí que lo llevaría en secreto, si alguna vez me gustará Mauro de verdad o sólo quiero que me guste, si es una parida para pasar el rato, si es sólo para olvidarte, si yo sólo escribo los domingos y es lunes por qué escribo, si soy un animal de costumbres. |
Я подошла к своему рабочему месту, заглянула в электронную почту, просмотрела сообщения с пометкой “срочно”. Я подумала, что почему-то все в мире считают, что их сообщение, кровь из носа, какое срочное, хотя отлично знают, что оно направится прямиком в корзину. Сколько-то из них я прокляла за то, что они без всякой необходимости потревожили меня. Я вспомнила последнее срочное сообщение, которое написала сама, и подумала, что получатель тоже, должно быть, проклял меня, потому что единственная срочность послания заключалась в том, что надвигались выходные. Я спустилась налить кофе с одним из приятелей-сослуживцев. В лифте я объявила ему, что не купила сигареты, поскольку больше не собиралась курить. Но потом, попросив у него сигарету, я выкурила ее за чашкой кофе и вернулась к своему столу. Просмотрев ожидающие утверждения рекламные тексты, пару из них отвергла, затем один написала и взглянула на другие публикации, чтобы сравнить, и вдруг обратила внимание на ажиотаж в офисе. Я подняла голову, оторвавшись от компьютера, и увидела вошедшего посыльного с огромнейшим букетом красных роз. Он подошел прямо к моему столу, вытащил на подпись квитанцию и протянул ее мне. У меня остановилось сердце. Все вокруг зашумели, вскочив на ноги со своих мест, и начали бурно аплодировать. Я поднялась со стула, чтобы взять букет, и когда он оказался в моих руках, мое сердце снова забилось. Оно так сильно колотилось, что почти выскакивало из груди: “Боже мой! Бето! Бето! Ну, конечно же, он!” Я поцеловала букет, положила его на стол и, вся дрожа, распечатала конверт с открыткой. Я чувствовала, что все мои соратники по рекламе сильно переживали за меня после той истории и теперь радовались так же, как я. Я улыбнулась им. Донато, мой шеф, подмигивал мне из-за двери своего кабинета. Я прочла написанное на открытке: “Спасибо за последнюю рекламную кампанию. Это был успех. Подпись: Фармацевтическая кампания Одетте”. Я снова сунула открытку в конверт. Все молча смотрели на меня в глубокой тишине, а потом снова расселись по своим местам. compi (diminutivo de compañero) – коллега, товарищ по работе, сослуживец |