Parte 1. SI NO ES AHORA CUÁNDO16. DESABROCHARME LOS BOTONES |
Часть 1. Если не сейчас, то когда16. Твою мать |
El jueves me encontré con Dani y Martina, esos amigos tuyos que veíamos tanto cuando estábamos juntos y que, desde que nos hemos separado, no había vuelto a ver ni una sola vez. Nos besamos, nos dijimos que cuánto tiempo y nos fuimos los tres a tomar algo a un bar de Malasaña donde quedábamos algunas noches los cuatro. Era una situación un poco incómoda, porque yo sé que siguen viéndote, pero no me atrevía a preguntar, y ellos tampoco se atrevían a preguntarme a mí. Sin embargo, como el alcohol le calienta la boca a todo el mundo, cuando ya llevábamos dos copas Dani se arrancó: - ¿Y cómo lo llevas, Nata? - ¿Cómo llevo qué, lo de Beto? Pues… bien, haciendo mi vida. Silencio. - ¿Y él? ¿Qué tal está él? -pregunté. - Bien… Está bien, haciendo la suya. -Sonrió y bajó la mirada. Silencio otra vez. - ¿Y qué, tiene mucho curro? -dije. - Pues creo que está hasta arriba, de hecho está haciendo una casa para un pez gordo que dice que es el proyecto de su vida, que va a sacarse una millonada… - Ah, me alegro… Pues a lo mejor por eso no me ha llamado desde que nos separamos, porque tiene mucho curro. - Pues sí, no sé, debe de ser por eso -dijo Dani mirando hacia otro lado-. De todas formas, si quieres hablar con él llámalo tú, ¿no? - Yo no lo llamaría, Nata -interrumpió Martina-. Yo creo que aún no está fuerte para enfrentarse a ti. Ya verás como te llama él más adelante. - Joder, ¿que no está fuerte para enfrentarse a mí? Me gustaría saber qué le he hecho. - A ver -intervino Dani-. No es «qué le has hecho tú», sino «qué os habéis hecho los dos». - Te lo explico rápidamente: dejarnos. Eso es lo único que nos hemos hecho, ni más ni menos. Y voy a ser más precisa: dejarme… Que me lo decís como si fuera yo la culpable. - ¡Nooo! No es por eso, tía, relájate, no decimos que tú hayas sido la culparifla culpable de nada, lo único que decimos es que a Alberto le costó un huevo tomar la decisión de separarse de ti… Sólo decimos eso. - Joder, ¿y a mí? ¿A mí qué pasa, que no me costó? Pues claro que me costó. Me costó y me cuesta, no os imagináis lo complicado que es volver a empezar de cero, volver a construir la vida que tenía antes, volver a estar sola… Y además, no sé por qué decís eso: yo he llamado un montón de veces para saber cómo está, pero él nunca me ha contestado… - Bueno, al principio sí te contestaba. - Bueno, sí, al principio sí, los tres primeros días, querrás decir. Pero a partir de ahí es como si se lo hubiera tragado la tierra, que he tenido que ir a una terapeuta y todo porque creía que iba a morirme de la pena y él no ha tenido ni la deferencia de mandarme un mensaje; que ya no digo llamar, no, digo mandarme un mensaje para preguntarme: «Tía, ¿qué tal? ¿Estás bien?» Que hemos sido pareja casi tres años, ¿no? - Tranquila, Nata, que se está enterando todo el bar. - Pues que se enteren, Martina. Que se enteren de que estoy supercabreada con Alberto y que me parece que nuestra relación ha sido una mentira, porque no puedes separarte de alguien de golpe, de la noche a la mañana, y desaparecer para siempre… - ¿Ves cómo sabía yo que no podíamos sacar el tema? - ¿Con qué tipo de persona he estado, Dani? ¿Lo sabes? Porque yo te juro que ya no lo sé. - Bueno… -dijo Dani-. Yo creo que nunca os conocisteis de verdad, como estabais con ese rollo de vivimos juntos pero cada uno tiene su casa, de que si no queremos tener hijos, de que queremos disfrutar de la vida, de que estamos comprometidos pero somos libres… - Pero ¿de qué vas? ¿Qué pasa? ¿Que todas las parejas tienen que comprarse una casa juntos, tener hijos y montar una familia? ¿Que sólo existen las parejas como las entiendes tú? - A ver, Nata, que yo no estoy diciendo eso, estoy diciendo que quizá haya una parte de Alberto que tú nunca has entendido, porque a ti te decía una cosa y a lo mejor en realidad quería otra… - Dani, tío… -advirtió Martina. - ¿Qué me quieres decir, Dani? Dime qué me quieres decir. - Nada, Nata, yo no te quiero decir nada… Lo único que digo es que tú siempre fuiste con una coraza puesta y Alberto no pudo quitártela por más que lo intentó, y eso le afectó mogollón, porque la gente dirá misa, pero la mayoría de las personas queremos tener una pareja que se nos entregue, que se deje querer, que sienta el compromiso, que lo note. Nata, por mucho que vayamos de independienteusta gente ds, por mucho que vayamos de «tú haz lo que quieras que para eso eres libre», en el fondo deseamos una pareja que nos cuide, que nos haga sentir que somos lo primero para ella, alguien con quien podamos tener un proyecto de vida. Queremos a nuestro lado a alguien que nos diga que todo lo demás importa menos. Y yo creo que tú todavía no eres así porque tienes miedo, tienes miedo a que se acabe la parte bonita, a que llegue la cotidianidad, porque te parece aburrida y crees que no va a llenarte… - Pero no era yo sola, Beto también era así… - Da igual quien fuera, Nata, ya da igual. Pero te voy a dar un consejo, aunque luego tú harás lo que te dé la gana. Deberías empezar a ir por la vida a pecho descubierto, con los botones de la piel desabrochados. Sin escudo. Porque mola mucho ser independiente y no querer vínculos, pero sólo estás protegiéndote para que no te hagan daño, y la vida es otra cosa. Tú al principio haces sentir al que está contigo que el mundo es maravilloso: entrar, salir, viajar, apasionarse… Pero cuando llega la hora de la verdad, cuando llega la hora de posarte en la realidad, lo que ves no te gusta. Y la persona que está a tu lado lo nota. No te gusta la realidad, Nata, por eso es tan difícil estar contigo, porque nadie te ha visto nunca entregarte de verdad, en lo bueno y en lo malo, en la ficción y en la no ficción, en la aventura y en el aburrimiento, Nata, ¡el aburrimiento! Un día te darás cuenta de que aburrirse con alguien al lado también es bonito. Estar sentada en el sofá con tu pareja delante de la tele no es estar perdiéndote algo que está esperando fuera, Nata, es sencillamente disfrutar de la vida en común. Siempre parece que para ti hay otras cosas más importantes y en el fondo la vida es eso… Estar tranquilo, convivir con alguien y tener un futuro. Ésa es la vida y lo demás son cuentos. - Dani…, pero ¿cómo te ha salido ese ramalazo tan retrógrado? - Porque ésa es la puta vida, Nata, ésa. Te guste o no, ésa es la vida. Y si lo que buscas es un príncipe azul, inténtalo, pero no vas a encontrarlo, porque no existen. Me quedé callada y lo miré. Él también se quedó un momento en silencio. - Y ¡bah! -retomó-. Vamos a dejarlo ya, tía, que paso de meterme en vuestros asuntos, si quieres llamarle, lo llamas y punto. Vamos a tomarnos la copa en paz y a hablar de otras cosas… Además, te veo guapa, cabrona, muy guapa. Se te ve feliz. Seguro que, por mucho que digas, hace tiempo que ya no piensas en Beto y tienes rehecha tu vida. - Superrehecha, Dani… La tengo superrehecha… |
В четверг я встретилась с Дани и Мартиной. Это твои друзья, с которыми мы столько раз встречались, когда были вместе, и которых я ни разу больше не видела с тех пор, как мы расстались. Мы поцеловались, обменялись высказываниями типа “сколько лет, сколько зим” и втроем пошли выпить что-нибудь в бар “Маласанья”, где столько ночей проводили вчетвером.
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