Fe… que palabra tan pequeñita y tan inmensa en su valor. No es algo que se pueda comprar, ni adquirir de ninguna manera; la fe viene cuando se oye una verdad, y la verdad es una preciosa persona… la dulce persona de Dios. Yo entiendo que hay muchas representaciones de la magnitud de Dios, por eso Él es omnisciente, omnipotente y omnipresente; se encuentra en un atardecer, en el universo, en los ojos de un niño o en cualquier otro aspecto representativo que se acerque a lo divino. Para muchas personas, Dios significa la figurita de porcelana o el crucifijo en la pared; para otras es ir a la iglesia todos los domingos o hacer sus novenas con el rosario en la mano… son figuras y gestos que las hace sentir más cerca de Dios. Para mí Dios es esa energía que te toma por completo, que va de adentro hacia afuera como un fuego o una fuerza que emana de cada una de tus células, tus átomos, y que sabes perfectamente que está en todo y en todos. Dios no es una persona limitada, es mas allá de lo que nuestras mentes puedan llegar a imaginar, no hay palabra que lo explique, pero lo sientes, lo vives. Un día leyendo la Biblia, encontré en el libro de Juan un versículo que se grabó en mi corazón. En una oración de Jesús, él pedía al Padre “como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros” (Juan 17:21). Entonces una claridad abrió mi entendimiento y comprendí: los dos somos uno, por lo tanto yo soy Tú y Tú eres yo. Esta frase se convirtió en mi palabra clave: “Yo soy Tú y Tú eres yo”. La pronunciaba una y otra vez durante todo el tiempo que estuve tan enferma; y eso me sostuvo y dio fuerzas para luchar contra la enfermedad de Lyme. |
Вера… какое коротенькое слово и какое значимое. Это – то, что нельзя купить ни за какие деньги;
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© Перевод — Вера Голубкова