Amado Padre, Dios glorioso: Quién como Tú, que amas sin condición alguna. Sé, en lo más profundo de mi ser, que Tú me escogiste desde el vientre de mi madre, que fui guardada hasta el día en que Tú tocaste la puerta de mi corazón; y cuando esperabas a que te invitara a pasar, al verte frente a mí, fue el momento más glorioso y perfecto que he tenido en mi vida. Gracias por amarme, gracias por perdonarme, gracias porque un día me dijiste que era como la niña de tus ojos, gracias por tomarme como hija. Gracias por todo lo que me has dado, por aquello que entiendo y por lo que no entiendo. Gracias, porque aun cuando no me guste, sé que todo tiene un propósito. Gracias por enseñarme el valor de la vida. Gracias por tomar mi mano y llevarme de la oscuridad a la luz. Gracias por todas las pruebas y momentos difíciles que me hiciste vivir, porque me estás forjando y templando como al acero; estoy en el proceso de ser un soldado que va de victoria en victoria. Solo soy una más en el camino, como forastera estoy de paso y sigo una dirección que me estás marcando. Solo te pido que no permitas que me desvíe y que me des la sabiduría para edificar mi casa sobre la roca. Gracias por ser mi Padre… Gracias por haberme deseado en tu corazón y por extender tus brazos para abrazarme y cargarme. Deseo con todo mi ser, con todo lo que soy, un día estar frente a Ti, y correr a tus brazos para decir: “Abba… lo intenté. Papito… estoy en casa”. |
Возлюбленный Отче наш, Всеславный Боже: abba – отец (в арамейском языке) |
© Перевод — Вера Голубкова