De la misma manera en que debemos dar y compartir el amor, debemos a su vez estar receptivos y abiertos sin ninguna expectativa, para recibir lo que el amor tenga para darnos. En realidad la mayoría de las veces nos quedamos cortos en lo que esperamos de él pues una vez que lo encontramos nos sorprende descubrir que su perfección y su intensidad van más allá de nuestra imaginación. Cuando yo anhelé encontrar al amor de mi vida, yo ya sabía en mi corazón que lo deseaba y amaba aún sin conocerlo. Yo sabía muy adentro de mí que en alguna parte se encontraba la persona con la que compartiría mi existir. Fue al tenerlo frente a mí, al conocerlo, al convivir con él que me di cuenta de que el amor no es un sentimiento inamovible, que aparece encarnado en una persona; es más bien una energía que fluye, que se transforma y para tenerlo por siempre, debemos trabajar en su cuidado. Nadie nunca me enseñó cómo se debe hacer para mantener esa llama viva; pero mi anhelo y el deseo ferviente de que no fuera pasajero, permitió que comenzara a trabajar en un proyecto de vida en común. Un diseño en donde debe de haber un equilibrio entre la aceptación, la tolerancia, el deseo, la complicidad, la amistad, la intimidad, el respeto y, sobre todo, la unión. Todos estos elementos son necesarios para que el amor sea firme, seguro y perdurable. Es un trabajo de todos los días, voy construyendo mi hogar diariamente con una sonrisa, con un mimo, con una caricia, una palabra amable de ánimo, con un detalle, no importando si es grande o pequeño, una flor, una nota, un mensaje… Cualquier cosa que me permita estar cerca de mi esposo a quien amo. Difícil, ¡sí! Porque en varias ocasiones tienes que ceder y complacer, pero recibiendo posteriormente la cosecha de lo que sembraste. Si siembras con escasez, con escasez recogerás; si siembras abundantemente, abundantemente segarás. Hay que sembrar esos detalles en el corazón de tus amigos, de tus compañeros de trabajo, de la persona que amas, de los afectos que se desarrollan con el trato cotidiano en tu hogar, en tu área laboral, en la escuela y en tu entorno. De esta manera, cada día durante todos estos años, he aprendido lecciones maravillosas sobre la convivencia, la tolerancia y la aceptación. Además de la familia de sangre con la que nací, tengo también la bendición de la familia que elegí. ¿Cómo no ser feliz? La armonía que impera en mi hogar es el resultado diario de un trabajo laborioso que se corona con algo que no se compra, ni se roba… el AMOR. Pero así como la vida es capaz de darnos el maravilloso regalo del amor, esa fuerza que todo lo envuelve y todo lo abarca, también tiene la habilidad de entregarnos momentos de extrema oscuridad. Son aquellos momentos en los que uno se encuentra en lo más bajo, donde descubres tu esencia más profunda, tu realidad más cruda. Son los sucesos que un día te caen encima y te aplastan, lo que te llega cuando menos te lo esperas. Es en momentos así que mi verdadero “yo” emerge, sin control, sin que pueda hacer nada por detener esa avalancha de emociones, sentimientos, pensamientos, actitudes, acciones y palabras que salen de mis profundidades. Son por lo general sucesos que cristalizan lo más doloroso para el ser humano, como un pleito, un robo, una muerte, un accidente y, en nuestro caso, un secuestro. Eventos que marcan de por vida el alma. Hay un dicho que dice: “Lo que no te mata, te fortalece” y, efectivamente, una experiencia así te puede aniquilar o te permite sacar esa fuerza poderosa con la cual venimos a este mundo todos los seres humanos. El punto es descubrirla. En mi caso, es una fuerza que me permite ponerme de pie nuevamente, realizar una evaluación de lo sucedido y meditar. En lugar de preguntarme, ¿por qué paso esto?, me pregunto: ¿Para qué sucedió esto? ¿Cuál es la lección que debo aprender? ¿Cómo puedo utilizarla para enriquecerme? |
Мы должны дарить и разделять любовь, но точно так же должны, в свою очередь, быть восприимчивы и открыты и не ждать, чтобы получить то, что может дать нам любовь. На самом деле в большинстве случаев мы оказываемся не на высоте в отношении того, что ожидаем от любви, поэтому, встретив ее и открыв, что красота и сила чувств весьма далеки от нашего представления, мы пребываем в крайнем удивлении.
|
© Перевод — Вера Голубкова