Интервью Альберто Чималь (Alberto Chimal), сценариста сериала о Бетмане. 

El 14 de septiembre de este año se hizo el lanzamiento, a nivel internacional, de Batman: El Mundo, antología gráfica con historias de más de diez países, incluido el nuestro, donde participan el ilustrador Rulo Valdés, y el escritor Alberto Chimal, con quien tuvimos la oportunidad de platicar en línea sobre su trabajo como guionista de Funeral, una de las 14 aventuras del Caballero de la Noche por todo el planeta.

Cabe decir que, en la edición especial para México, podemos ver a Batman frente a Bellas Artes y con una misterioso personaje, a quien acompañará en su paso por la capital. De esta manera, Funeral será capaz de hacernos sentir algunas de las realidades de nuestro contexto social, pero que bien pueden abarcar a todo el mundo.

Y, bueno, después de que notamos que mi computadora no sería para nada la envidia de Bruce Wayne –cosa que, por otro lado, ayudó a romper el hielo–, entre risas, Chimal nos habla de su experiencia cuando comenzamos por preguntarle sobre sus presentaciones para Batman: El Mundo.

Iván Gutiérrez Soon. ¿En estos eventos, no te has sentido como en alfombra roja, como si estuvieras en la premier de una película?

Alberto Chimal. Pues un poco sí. La verdad es que este trabajo me ha dado a conocer con un público muy diferente al que había conocido en mis libros, mis cuentos o novelas. Es totalmente otro mundo el de los lectores de cómics.

IGS. Tengo entendido que también has hecho libro álbum, ¿Qué prefieres, éste o narrativa gráfica?

AC. Bueno, en el libro álbum, cuando me ha tocado estar en proyectos así, no he tenido mucha participación en la parte de la imagen, es decir, yo no dibujo, pero aquí, en el proyecto con Rulo, pues sí pudimos intercambiar puntos de vista respecto de lo que se iba a ver en la página, en cuestiones de diseño, de proporción, de movimiento de los personajes, del ritmo de la escena.

Obviamente, en eso, él tiene la última palabra, pero ese tipo de aspectos formales de la narración gráfica es algo que a mí también, como creador, me interesa. Esa participación pues no la tuve en los libros álbum, las ilustradoras e ilustradores que han trabajado conmigo, pues más bien lo hicieron por su propia cuenta, sin que tuviéramos comunicación. Me gusta más la parte en la que sí la tenemos.

IGS. ¿Volverías a trabajar en algún proyecto de DC Comics?

AC. La verdad, sí, aunque eso no depende de mí, más bien, primero, de la propia DC, después de los licenciatarios aquí en México; incluso, con todo el gusto que da hacer un proyecto nuevo como éste, sí tengo muy claro que, muy probablemente, es algo que ocurriría una sola vez.

IGS. Hay quienes piensan que el escritor se tiene que poner en la piel o en los zapatos de su personaje para transmitir lo que se propone, ¿podría decirse que tú te pusiste la máscara del Caballero de la Noche para escribir Funeral? ¿Fuiste Batman?

AC. Yo diría que, por lo menos, trataba de comunicar ciertos aspectos de la personalidad que pienso que podría tener, porque ha pasado por tantas versiones, tantas interpretaciones en 80 años, que es muy difícil decir qué o quién es este personaje, pero yo me imagino a un individuo que viene con mucho poder económico y tiene este entrenamiento, que es a lo que ha dedicado su vida para un propósito, a lo mejor fantasioso, de combatir perpetuamente al crimen.

Entonces, al llegar a esta ciudad, que no conoce mucho, que, de algún modo, es muy distinta de aquella en la que suele operar, de todas maneras, siente ese mismo deseo de justicia. Un poco es eso lo que estoy pensando.

Además, quizá sea distinto en Estados Unidos por muchas razones sociales y culturales, pero a mí me parece que, un superhéroe en México, pues no puede ser realmente alguien a quién le creamos que va a solucionar absolutamente todos los problemas.

De hecho, sería todavía peor que alguien tratara de ponerse en plan de justiciero aquí, entre nosotros. Sería más violento y más arbitrario todo. Más bien, yo creo que, en un país como éste, los superhéroes, y Batman, en particular, pueden funcionar como símbolos de una aspiración o deseo de justicia, que sí es algo que podemos compartir más fácilmente.

IGS. En el sentido de que podría ser hasta fantasioso, ¿Sería quijotesco Batman, al menos aquí en México?

AC. Pues, mira, una de varias satisfacciones que tengo con este proyecto es que nos dimos el permiso de tratar al personaje, y al tipo de historia que queríamos contar, completamente en serio. Hay un problema que a veces tiene la narrativa y la cultura popular mexicana y es que no se toman en serio ciertos tipos de historias para tratar de contarlas.

Esto sucede con la ficción especulativa o ciencia ficción: durante muchas décadas, lo que aparecía dentro de este género en México era, simplemente, parodia de las ficciones producidas en el exterior, pero no tenía tanto, como objetivo, burlarse de éstas, sino de las debilidades y los defectos, entre comillas, tradicionales del mexicano.

Por decir, en una narración en la que va a despegar por fin un cohete nuestro hacia la luna, no lo hace porque alguien se roba todo el cableado interno para venderlo. Esto, como sátira, puede tener cierta utilidad, pero, en realidad, no sirve más allá de eso, además de que nos priva de poder utilizar los elementos del género para imaginarnos cosas más interesantes: ¿cuál podría ser, por ejemplo, el futuro de una sociedad, como la mexicana, en un tiempo más tecnificado que el nuestro? Eso es para lo que nos puede servir, de pronto, la ciencia ficción.

¿Para qué puede servir el cómic de superhéroes en México? No sólo para reírse del arquetipo. Jis y Trino lo vienen haciendo desde hace treinta años y es muy divertido, pero no es lo único que se puede hacer con la figura del superhéroe, también se le puede incorporar, digamos, como a la discusión del problema sobre luchas sociales del presente, pero no para ponerlo a resolver estos asuntos reales que estamos viviendo, sino, más bien, para resaltar estas situaciones. Creo que es lo que sí hacemos en Funeral.

IGS. Sí, de hecho, me parece que toca un tema vigente, necesario y urgente no sólo en el país, sino en el mundo, ¿cabe la posibilidad, en todo caso, que Batman, aún así, se mantenga en lo mismo; crees que haya quién diga que, de igual manera, sigue siendo el extranjero, hombre, incluso, el que viene a intentar hacer algo?

AC. Bueno, lo dice la misma coprotagonista, el mismo personaje mexicano que inventamos dice exactamente eso, y más que doblarse o plegarse, ella, a su voluntad, pues le da permiso de actuar en un entorno que no es el suyo. Sí teníamos muy presente esto que estás diciendo.

Creo que, igual, puede seguir habiendo cuestionamientos, de hecho, debe seguir habiéndolos, porque de esa manera podemos tener en cuenta que no se dan en el vacío, que arquetipos como Batman existen como propiedad intelectual de una compañía que, en el fondo, lo que quieren es explotarlos y sacar dinero.

El uso que se le pueda dar, por parte de sus lectores o sus aficionados, es aledaño a la explotación mercantil, pero, además, algo que no deberíamos olvidar es que, si los personajes más de moda no reflejan nuestra propia realidad, no reflejan nuestras propias preocupaciones, igual, necesitamos historias que sí las reflejen, aunque no incluyan a Batman. Entonces, por todas estas razones, sí debe existir discusión, sí debe existir cuestionamiento y me parece muy bien que suceda.

IGS. Y, en todo caso, también hay una resistencia en cuanto a este tema que se pretende mostrar en Funeral, una resistencia que, luego, se vive de manera bastante violenta. ¿Qué harían personajes como Batman y que haría éste como Bruce Wayne?

AC. Yo creo que si Bruce Wayne fuera como un ser humano mínimamente responsable, o sea, si no fuera solamente un millonario como Elon Musk o Bill Gates, pues haría realmente un esfuerzo de patrocinar auténticas obras sociales en diferentes países para disminuir la violencia contra las mujeres, y las haría de manera honesta, no como una excusa para vender sus productos, como hace Mark Zuckerberg con Facebook.

Ahora, creo que lo importante no es ¿qué haría él?, sino ¿qué haríamos nosotros?, ¿qué es lo que podríamos hacer? A mí me parece que, si alguna utilidad puede tener esta historia, más allá de entretener, es que una persona, que no esté familiarizada o convencida de que existe esta realidad espantosa, pues, a lo mejor, puede empezar a convencerse. Creo que eso es lo que puede hacer una narración así.

IGS. En la entrevista que concediste al medio de Smash México, tú recuperaste una cita de Frank Miller en la que mencionas que: “Batman es el personaje que, al no encontrar orden en el mundo se esfuerza por imponerle uno, aunque sea inventado”. Yo te preguntaría, ¿como sociedad, qué tipo de reclamo le haríamos, en todo caso, al Caballero de la Noche, si este orden, resulta ser una imposición?

AC. Si Batman comenzara a actuar, digamos, como en lo político, para tratar de imponer un orden de su invención, pues sí tendríamos que hacerle un reclamo muy fuerte porque un orden impuesto desde arriba, pues es un orden dictatorial. Eso es totalmente abominable. Yo creo que los superhéroes encuentran ahí una de sus limitaciones y no pueden, en realidad, llegar tan lejos en la esfera pública tal como están definidos.

Si tu ves, incluso, todas estas obras de ficción que se han hecho en años recientes, donde se incorporan, de alguna forma, a los superhéroes en versiones simplificadas de un poder político, de una lucha política, pues, en general, no se les incluye como gobernantes, sino, más bien, como, agentes golpeadores, sicarios, como en esta serie llamada The Boys. Ahí, los auténticos gobernantes son las corporaciones que son dueñas de los superhéroes.

No te voy a decir que sea yo el mayor experto en historias de este subgénero, pero me cuesta imaginarme alguna donde se vea un gobierno justo. Alan Moore, en la serie Miracleman, de los 80’s, se imagina un gobierno mundial encabezado por superhéroes, pero, en el fondo, es una pesadilla, incluso, aunque ellos mismos no se den cuenta, y lo mismo sucede con varias otras versiones del mismo tema, con otros personajes.

IGS. ¿Crees que, por eso, son historias inacabadas, dado que sólo se limitan a esa esfera interminable de la violencia; crees que eso también repercute para que se escriban, se escriban y se escriban?

AC. No, se escriben, se escriben y se escriben para explotar el gusto que tiene la gente por ellas. Cada cierto tiempo, de hecho, aparecen, como productos de consumo aledaño, historias en las que tal o cual argumentista se imagina qué hubiera sucedido, por ejemplo, si la vida de los X-Men hubiera ocurrido en tiempo real desde 1963, cuando los inventaron. En este momento, un personaje como el Profesor X ya habría muerto de viejo.

Otros de ellos ya serían muy ancianos y estarían actuando en el mundo sus hijos o sus nietos. Ha habido series así. Esta noción, digamos, como de la juventud perpetua del superhéroe se mantiene para seguir haciéndolos explotables, por interés económico, no es ninguna otra cosa. No es que la misma definición de los superhéroes o la forma en la que más se acercan a la violencia exija esta perpetúa explotación, más bien, es una cuestión ajena a las historias mismas y que vemos también en otros tipos de propiedad intelectual: en los personajes de Disney, en los personajes de series de ciencia ficción, de series animadas, de juegos de rol y de muchos otros tipos.

La intención es mantenerlos siempre, más o menos, como estaban en el momento de su introducción para, simplemente, seguir vendiendo productos en los que aparezcan. Esto es una característica, más bien, de la sociedad capitalista.

IGS. En una sociedad en la que vivimos, capitalista, con todas estas restricciones, existen los fan arts, historias que reutilizan a estos mismo personajes pero por parte de los aficionados, ¿te gustaría que a ti te hicieran un fan art, tanto a tu cameo, que sale aquí, en Funeral, como al universo que ustedes proponen?

AC. Pues espero que no lo hagan a mi persona porque me parece un desperdicio de tiempo hacer una cosa tan fea. Mejor deberían hacer algo como más bonito, pero va, si les gusta el mundo de Batman en la Ciudad de México, aunque quisiera, yo no podría detenerlos.

Me parece que cualquier cosa que ayude para que más historias, mías o de quién sea, de Batman o de lo que sea, se incorporen en la conciencia de mucha gente, pues que sirva a muchas personas para expresar aquello que necesitan en el mundo en el que vivimos. Yo creo que es muy negativo que solamente tengamos un puñado de historias para identificarnos entre todos los habitantes del mundo y que sean, además, historias de un puñado de compañías.

IGS. Siguiendo con el mismo aspecto social, también me parece que “Funeral” toca otro tema relacionado con su mismo título, ¿qué más haría Batman en relación a la desaparición de personas?

AC. Yo creo que algo que sí podrían hacer los superhéroes, en general, con las capacidades que disponen popularmente, es ayudar a que muchas de estas personas que están desaparecidas, aparezcan. Imagínate al otro personaje de DC, el Detective Marciano usando sus poderes telepáticos para sondear el cerebro de un asesino y descubrir a dónde fue a tirar a su víctima. Eso es algo que sería bastante útil en un contexto como en el que vivimos.

En ese caso, fijate, la capacidad para la violencia de los superhéroes es menos importante que sus habilidades de investigación, de inteligencia, habilidades más constructivas. Eso sí me encantaría verlo en alguna historia. La nuestra apunta un poquito en esa dirección, pero se podrían contar muchísimo más cosas de esas. Aquellas otras capacidades o poderes que tienen los superhéroes, que los habilitan para otras cosas que no son violencia, sí tendrían un montón de aplicaciones en el mundo tal y como lo conocemos.

 

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