Несложившаяся жизнь гения Вильяма Джеймса Сидиса. Текст со словарем. Вопросы для обсуждения.
Vocabulario |
perdurar - долго длиться destacar - выступать, выдаваться aislamiento - изоляция más que nadie - больше, чем кого-либо еще lujo - роскошь inimitable - невозможно повторить don - дар flagelarse - бить кнутом sin previo aviso - без предварительного оповещения tendía a ser perezoso - имел склонность к лени demencial - demencial - безумный rígidos moldes del hogar - "в четырех стенах" conejillo de Indias - подопытный кролик Sin embargo - однако dar la espalda - отвернуться alistarse - подготовиться cabizbajo - с поникшей головой incordio - нарушение покоя bisagra - "впереди своего времени" cortar todo lazo con alguien - порвать все связи с кем-то se estrujó el cerebro - выжал себе мозг, "сломал голову" no dar más - не выдержать, выработаться foto ajada - поблекшее фото |
Texto |
Hay dudas al respecto, debates que a sesenta años de su muerte perduran; pero todo indicaría que fue la persona más inteligente en pasar por la Tierra. ¿Fue el más creativo? ¿Fue el que dejó los inventos más novedosos? ¿Fue el que se destacó en determinada área del conocimiento? No, lamentablemente no. Fue sólo inteligente. “Quiero vivir una vida perfecta”, dijo, alguna vez, William James Sidis. “La única manera de lograrlo es a través del aislamiento, de la soledad. Siempre he odiado a las multitudes.” Él, más que nadie, podía darse el lujo de decir algo así. Era inimitable, y ese don le servía para flagelarse a sí mismo todo el tiempo. William James Sidis nació el 1 de abril de 1898 en Nueva York, Estados Unidos. Tenía un año y seis meses cuando, de golpe, sin previo aviso, le pidió a su madre que le prestara una hoja de The New York Times y se puso a leerla, en voz alta. Su padre, Boris Sidis, era un científico y psicólogo que también tenía una inteligencia superior a la media. En su infancia, se juzgó que a William James Sidis no le gustaban las matemáticas y tendía a ser perezoso para estudiar. A pesar de tener un padre inteligente, muchos creen que William Sidis heredó la inteligencia de su madre. Los padres de Boris, elaboraron un proyecto un poco demencial: el de tener un hijo y estimularlo convenientemente para que fuera un pequeño genio. No los movía, quiero imaginar, otro deseo que el darle a su hijo posibilidades infinitas. También el de poner en práctica ciertas teorías pedagógicas que Boris había desarrollado en esos años. Hasta ese momento se consideraba a la inteligencia como algo hereditario, pero Boris creía que era fruto de una estimulación temprana. “Conducimos la mente del niño por canales estrechos atrofiando y deformando su mente hacia la mediocridad. Si el niño se desenvuelve en los rígidos moldes del hogar y la escuela el resultado será una permanente mutilación de su originalidad y genio”, decía. Y aprovechó el nacimiento de su hijo, William, en 1898, para demostrarlo. Boris no era el primero, y tampoco sería el último, en usar a su propia familia como conejillo de indias: lo que no sabía era que estaba condenando a su hijo a una vida de excentricidad. Como creía que el contexto en donde se impartían las clases era importante, preparó una de las habitaciones de la casa, la más iluminada y alegre, con fotos en las paredes, un escritorio y una biblioteca que al principio sólo constaba de libros con imágenes y cuentos de hadas. Muchos años después, William recordaba todavía ese cuarto: era un pequeño mundo mágico.
El experimento dio sus frutos rápidamenteEl pequeño William aprobó el tercer curso de primaria en tres días. Escribió cuatro libros (dos de anatomía y dos de astronomía) entre los 4 y los 8 años. A esa edad hablaba ocho idiomas, los que le habían enseñado y los que lo rodeaban en la entonces comunidad rusa en Nueva York: el latín, el griego, el francés, el ruso, alemán, el hebreo, el turco y el armenio, además del inglés. Antes de cumplir los 8 años, fue aceptado en el MIT. Luego su padre incluso registró a William Sidis cuando tenía 9 años, pero el campus se negó. Sin embargo, a los 11 entró en la Universidad de Harvard, y era experto en matemáticas aplicadas. A los 16 se graduó en Medicina. El padre de William James Sidis, Boris Sidis, dominaba muchos idiomas. Algunos han sido testigos de que Boris Sidis pudo hablar y comprender doce idiomas extranjeros. Sin embargo, William James Sidis fue aún mejor porque pudo dominar y hablar 25 idiomas.
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