Размышления о счастье и грусти. Вопросы на понимание.
Gracias.
Es un honor estar aquí. Gracias por la invitación, un placer muy grande. Mi nombre es Yokoi Kenji Díaz. Soy hijo de padre japonés muy tradicional que….
Hola, Yokoi. Soy Estefanía Gómez, como tu abuelo. Y también soy de Latinoamérica.
He notado que como tú me fascina el concepto de la felicidad y me gustaría saber si nos puedes dar un concepto de lo que es la felicidad y si tienes una historia conmovedora que quieras compartir.
Gracias, Estefania. Sí, bueno, yo aprecio los dos conceptos profundamente: la felicidad y la tristeza. Y van de la mano siempre. Lo que pasa es que el lo que no logro dominar es el algoritmo de las redes, entonces parece+iera que siempre estuviera hablando de la felicidad, pero hay una belleza enorme en la tristeza, en aceptarla, en vivirla en recepcionarla.
Una niña después de mucha terapia, de hablar mucho con su terapeuta, aprendió a que cuando tenía momentos de tristeza profunda no salía, porque antes lo que hacía era salir salir de fiesta, salir de rumba, a buscar a alguien que que la sacara de ese entorno. Aprendió que cuando estaba triste, incluso la llamaban y le decían: “vamos a salir!” - No, tengo visita. - ¿Tienes visita de quién? No, una amiga, la amiga Tristeza me visita y en terapia entendí que debo recibirla, atenderla, así como atiendo la alegría y me voy de fiesta y hago cosas cuando estoy alegre, bueno ahora estoy triste y tengo que sufrirla porque si la evado y me voy de fiesta y obligo mi cerebro a ser feliz y le doy solo dopamina, la tristeza cada vez va a llegar con más fuerza y va a ser muy peligroso. Así que lo mejor es recibirla y despacharla.
Dicho esto yo entré en una profunda tristeza en Japón, porque soy latino, como notarán, mi nombre, pero yo soy latino. Creo que mi esposa es más japonesa que yo, sí. Es más pragmática, yo soy muy latino, pero llegué a Japón con 10 años y pues era un niño que hablaba, hablaba mucho, al que no reprimieron al expresar lo que sentía. Y llego a un país donde no entiendo y no no me entienden. Y entro en un silencio de meses, meses solo mirando mirando, un silencio profundo que después entendí lo importante que fue para mí este silencio.
Pero me dio mucha tristeza, me generó mucha tristeza y los otros niños, algunos llegaron a ser crueles conmigo, como el bullying, de “Kenji no entiende nada, mándenlo para el salón 8.” Yo era del salón 5, éramos del salón 5, existía el salón 6, pero no el siete. O sea que el ocho yo deduje debe ser una forma japonesa de decir que lo manden para el infierno, porque no entiende nada, algo así. Caminando por la escuela descubrí que sí existía el salón 8. Lo recuerdo hasta hoy, fui muy feliz en el salón 8. Me paré en la puerta del salón 8o a mirar y decir aquí es donde me envían siempre que no entiendo algo y cuando miro, hay una maestra con siete alumnos. La mayoría con síndrome de Down. Era el salón de los niños especiales, el Salon ocho. Estaban jugando con plastilina, masilla de color, caía mucha saliva a los pupitres. La maestra tenía una toalla y cada uno tenía una toallita y con eso limpiaba la boquita de los niños y una para limpiarlos…. Yo quedé hipnotizado viendo esa escena y comencé a sentir mucha rabia, porque dije: ¡Por eso me enviaron al salón! Hasta eso me demoré en entender. Ah ya sé lo que me quieren decir con…. y quería ir a golpearlos. Era tan fácil para mí golpearlos. Lamento decir esto, pero para la falta de educación en nuestros países, hace que no dialoguemos y seamos violentos. Así que fue era muy fácil para mí ir a golpear al niño. Pero tenía una profunda debilidad por la plastilina y estaban jugando con plastilina, y yo estaba en un país que no entendía nada y la maestra me habló por mi nombre: “¿qué hace ahí? ¡Entre!”. Dijo una palabra que me enganchó: “ayúdeme”. Yo entendía muy bien la palabra “ayúdeme” porque el maestro le decía a todos “ayuden a Kenji, ayuden a Kenji, ayuden a Kenji,..lleven a Kenji, traigan a K..”, no entendía nada.
Y ahora la maestra dice “ayúdeme”, pero ¿yo para qué sirvo en Japón? No sirvo para nada. No entiendo en qué le puedo ayudar y me dijo: “Siéntese ahí, no deje que Kaoru se coma la plastilina.” Niño llamado Kaoru hacía un pancito y había un momento donde él se hipnotizaba con su propio pan y se lo iba a comer y yo: “no es de comer”, y él me miraba y seguía jugando, se hacía caso. Pero había que despertarlo de su hipnosis porque se enamoraba de su propio pan y eso pasaba cada 3 ó 4 minutos. La maestra a veces tenía que ir a sacarle… pero ahora estaba yo. ¡Qué fácil la tarea! Jugar con plastilina y cuidar a Kaoru que… “dame, no, dame” y ya pasaron minutos, horas y yo le dije a la profesora: “quiero quedarme en el salón 8. Aquí aprendo más, aquí están aprendiendo los colores, justo lo que necesito, los números y yo me demoro para aprender, pero ellos se demoran más, porque son muy felices y solo quieren jugar. Entonces hay que… sí aprenden pero tiene uno que enseñarles con canciones, con juegos y era justo lo que yo necesitaba. Además, me sentía como un profesor improvisado. Pasar de no entender nada en un salón así, mirando al aire, tres tipos de escritura. Ahora ser profesor de unos niños que se están comiendo la plastilina y yo les digo que no y cantemos y ahora los colores y otra vez los colores..
La maestra abogó por mí con los otros maestros: “Déjenme a Kenji aquí, en el salón ocho, él realmente aquí es funcional y va aprendiendo. Yo le enseño.” Me quedé en el salón ocho. Lo que comenzó como un Bullying y que me generó mucha tristeza, me sacó de la tristeza. Salón 8o. Fui muy feliz en el salón ocho y también creo que inconscientemente me acercó a una problemática social que tal vez me generó esta inclinación a lo que hoy hago que es el tema de lo social, ¿no? Así que no sé si sirva pero evadir la tristeza a veces es evadir la misma felicidad. Hay que manejar los dos, respetar los dos conceptos.
Hola, Yokoi, quería preguntarte ¿qué importancia tiene la educación para ti y para el desarrollo de las personas?
Recuérdame el nombre, perdón. Mauro. ¿Qué edad tienes, Mauro? 16. Gracias, Mauro.
Yo estoy muy sorprendido positivamente por lo que pasa con la educación actual porque hablo con mis hijos y hay algo dentro de mí en realidad es alguien dentro de mí que no quiere mucho a mis hijos y es el Kenji de mi infancia. Yo amo a mis hijos pero mi niño interior los odia un poco, porque mi niño interior no entiende por qué tienen tantas facilidades cuando él no las tuvo. Y por qué nos obligaron a leer, nos obligaron a escribir, nos obligaron a la educación y ahora ellos tienen la opción de que quieren estudiar, de si quieren comenzar a leer, si no escojan el libro que quieren leer, y eso le molesta a mi niño interior, pero cuando hablo con mis hijos, saben mucho más de lo que yo sabía a la misma edad y eso me impresiona muchísimo, y cuando les pregunto: ”...pero ¿por qué sabe eso? o sea, ¿dónde lo leyó?” - No, lo escuché a un profesor que es youtuber, un maestro que es tiktoker. ¿Por qué sabe de.., tanto de química? Porque le está yendo bien en química, es que yo sigo a un hombre… Fascinante que… Sigo con mis hijos a Santaolalla, él es científico y trata todos esos temas, pero la forma en que los trata de y Qué pasaría si Superman corre a esta velocidad, intenta detener un tren y entonces claro, engancha a los jóvenes, y mi hijo sabe de toda esta terminología, eso repercute en buenas calificaciones y además en criterio propio porque ya puedo hablar con mis hijos de capitalismo, socialismo, feminismo, comunismo, cristianismo, todos los -ismos y tienen su punto de vista.
Pero también tienen criterio propio gracias a las redes sociales. Así que es increíble lo lo que está pasando en la educación actual. Yo llegué a Japón y no había que leer en español, todo en japonés. Entonces, comencé a leerme los libros que había en la casa: Stephen King, me leí Isabel Allende. Si hubiese crecido en Colombia, no los leo. Pero eran lo único que mamá tenía. Y me leí todos esos libros y cuando ya no había,.. hay una latina que vive yo no sé a cuántas estaciones y tiene unos libros, llévele estos y intercámbialo como si fueran tesoros, y viajar horas a intercambiar libros. Descubrimos una librería hispana en Ochanomizu en Tokio, hay que ir y pedir los libros y esperar tres meses a que lleguen por correo y cuando llegaban, tasar la lectura. Es decir, no leerlo todo porque se acaba y queda otra vez.. o sea. Imagínese eso voy a leer solo un capítulo en el tren para en… unos días leo el otro y lo releo y le saco conclusiones que ni el autor se imagina por el hambre que yo yo tenía de lectura en Japón. Entonces, creo que son dos escenarios increíbles que demuestran que el ser humano como mucha hambre crece, pero también cuando hay, cuando hay tantas opciones no. También es fascinante así que es una generación que me impresiona mucho, y me gusta hacia donde va la educación, me gusta mucho, fue más fácil para mí, Mauro, fue mucho más fácil para mí que para ti, porque yo solo tenía una opción, solo una opción: ser traductor y estudiar humanidades y no más. ¿Qué quiere hacer Kenji? Eso. ¿Y por qué? Siente una pasión profunda que.. ¡No hay sino eso! Es más difícil para Mauro cuando le muestran tantas, es muy difícil. El cerebro sufre y el adulto es muy cruel, dice: “pero mire, yo solo tenía eso y lo hice. ¿Cómo no va a poder con todo lo que le estamos dando? Pues eso es lo difícil. Es increíble, pero cuando no está nada en la nevera, y si solo hay una salchicha y unos huevos, adivine que vamos a comer. Y vamos a hacer un plato. Pero cuando la nevera está llena el cerebro sufre tanto que incluso teniendo hambre la ansiedad se la quita y dice no sé, es que no sé qué comer porque está llena. Ustedes son de una época que tiene la nevera llena de opciones y por eso la tienen difícil. Mis hijos, Mauro, la tienen muy difícil y no. no piense que es anormal o es desagradecido por no saber ni qué estudiar es normal, es muy difícil. Esta época. Pero bueno, es lo que hay. Tienen también su parte fascinante, como lo dije al principio.
Hay maestros que nos marcan de por vida, es una vocación maravillosa. Primero, la maestra del salón ocho. Luego, estaba el profesor de inglés. En realidad, el maestro, bueno era crítico estudiar inglés. para un japonés es muy difícil estudiar inglés porque el japonés es como el español, es plano en la pronunciación. …pero el inglés no que haga la lengua…. y el japonés. Entonces, llevan un nativo, salón por salón a que haga a todos mirar cómo hace la lengua, a dibujarla para poder, pero el maestro de inglés japonés, que era para mí trágico verlo, porque yo no hablaba japonés, solo hablaba español, y ahora Tenía que aprender inglés en japonés. Yo lo veía y decía “No, ahora viene la confusión de mi vida.” Pero casualmente él era disruptivo, es decir un profesor loco, porque se subía al pupitre a su mesa, a la mesa. Se subía, ahí, un japonés no hace eso nunca. Él se subía y gritaba… así la vida es maravillosa, y saltaba y lo escribía en inglés y toda la clase era así: “la vida es maravillosa.” Y encontrárselo en los pasillos era terrible porque lo agarraba uno de.. niño yo.. lo agarré, “la vida es maravillosa y pues uno decía qué. ¡Qué maravillosa le vea a la vida! Cuando hay que aprender inglés en japonés y ya se me está olvidando el español, no entiendo japonés, menos voy a aprender inglés, estoy confundido. Mi vida es una tristeza y tengo que aguantar a este señor gritando que la vida es maravillosa.
Yo me gradué a los 18 años, lo vi en la estación de Nakayama, él me invitó a un café. Es que parecía un latíno… vamos a tomar café. Y hablaba, y hablaba, y seguía igual y yo lo miraba y yo me sentía ya yo era ya traductor de una institución importante. Yo me sentía como, como adulto, como serio, como… De hecho, cuando nos vimos él gritó…. La vida es maravillosa y yo corrí ahí como a decirle: “Cállese, qué vergüenza... yo ya soy un adulto.” Y ese piensa que soy un adulto, no soy un niño, y él ha hablé duro. Japonés muy diferente y le dije, yo le pregunté porque, bueno, tal vez nunca lo vuelva a ver. Tengo muchos planes de viajar por el mundo, pero quiero sacarme esta espina con este profesor, y se lo dije. No le dije “ridículo”, no que eso era lo que pensábamos todos. “Maestro, ¿usted por qué era tan dinámico?” Le di “tan alegre”. Los japoneses no son así, los otros profesores también lo veían raro. Y usted sigue así. Y él mezclando el café me dijo: “Es un secreto, pero como no eres más mi alumno, te voy a, te lo voy a contar. Mi esposa, profesora también, nos conocimos en una convención de maestros. Nuestra pasión enseñar. No quisimos tener hijos porque teníamos muchos todos los días atendiendo, pero ella cayó en cama con leucemia. Yo prometí quedarme con ella hasta al final arrodillado, incluso irme con ella. Y un japonés cuando dice eso es…. es honor, samuray, me muero por la causa y esta causa no es una guerra, es mi esposa, es el amor. Me muero con ella, pero ella no le permitió ni siquiera que se quedara arrodillado con ella. Le dijo: ”Si me amas de verdad, tienes que ir a enseñar, porque yo no puedo. Estoy en una cama y mi única felicidad en este momento es saber que mi esposo está yendo a enseñarle a los niños. Así que dame el honor de partir de esta vida sabiendo que estás enseñando, y él le dijo “no puedo, no puedo, cómo te voy a dejar aquí, no puedo.” “si me amas, lo puedes hacer”.
Entonces, él se levantaba se limpiaba las lágrimas y le decía: “le voy a probar que la..” y se iba a la escuela. Llegaba, me contó, él a la escuela ahí, a la entrada donde todos llegábamos, tomaba aire, se limpiaba sus lágrimas y decía “te pruebo que te amo” y entraba a enseñar, y cumplía la consigna de la esposa, porque le dio consigna de sonríele a los niños y diles que la vida es maravillosa, que la disfruten y por eso hacía eso.
Obviamente cuando él me cuenta eso yo no lo puedo ya ni mirar. Yo lo había juzgado de ridículo, yo estaba así viendo mis lagrimones caer y él diciéndome, no llore, no le contesto para que llorara ella, ya partió, pero ella me enseñó a vivir, ella me enseñó que la vida es maravillosa, por eso los maestros sabían y a mí siempre me dejaron hacer todo es escándalo porque era una promesa que tenía que cumplirle a mi esposa.
Yo le pedí perdón al maestro ahí le dije “perdón, maestro. Yo pensé que usted era un ridículo, un tonto. Usted es un héroe.”
Nunca lo olvidé hasta hoy, de hecho, lo recuerdo siempre que paso un momento muy difícil, me acuerdo del maestro y digo “vamos, la vida es maravillosa". Ahora es donde hay que probarlo, por aquellos que no están, por aquellos que partieron.” Tenemos siempre personas valiosas en nuestra vida por las cuales hay que levantar la cabeza y continuar. Gracias por recordarme
Preguntas. Вопросы на понимание
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¿Cómo describe Yokoi Kenji el concepto de la felicidad y la tristeza?
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¿Qué historia conmovedora comparte Yokoi sobre la tristeza y la forma en que una niña aprendió a lidiar con ella?
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¿Cómo influyó la experiencia de Yokoi en el "Salón 8" en su visión de la vida y su desarrollo personal?
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¿Por qué Yokoi menciona que quería golpear a otros niños, pero no lo hizo?
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¿Qué papel juega el "Salón 8" en la transformación emocional de Yokoi?
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¿Qué opina Yokoi sobre la educación actual y las oportunidades que tienen los jóvenes hoy en día?
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¿Cómo contrasta Yokoi su propia experiencia educativa con la de sus hijos y jóvenes actuales?
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¿Qué historia comparte Yokoi sobre un maestro de inglés japonés que lo impactó?
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¿Qué lección importante sobre la vida le enseñó el maestro de inglés a Yokoi?
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