He sido blanco de tu fuego cruzado. Tú, bala perdida, atravesaste mi costado, To' cuerpo entero, de lado al lado, Mis ojos con los tuyos se encontraron.
Gente, madera, alcohol y azulejos Y tú, mirándome desde lejos. Como un troglodita dentro de su caverna Tú... mirabas mis piernas.
Dos semanas juntos, Ya has sacado la artillería pesada, Y han llovido amor, risas, caricias, besos Y aviones no tripulados, Dispuestos a cargar sobre mi reino Y a cortar los frágiles hilos Que lo tenían sujeto.
Dijiste: "Ven, princesa, ven de prisa, Voy a darte sexo y amor del que envicia. Ven, princesa, ven de prisa, Voy a darte sexo y amor del que envicia". ¡Ah!
"No tengo una idea clara De las cosas" – dijo ella. – "Pero no voy a privarme De este manjar que tengo delante".
Así que abrió la boca grande, grande, grande, Grande, grande, muy grande, Se puso el mundo por montera Y salió por la puerta grande.
La tierra es un lugar mejor Con un poco de tu compañía. Tus besos, tus manos, tu cuerpo Aliviaron lo que me dolía.
Has abierto mi cuerpo en canal, has dejado Que entre el aire que tanto deseaba. La tierra es un lugar mejor Porque tú llevas la espada.
Dijiste: "Ven, princesa, ven de prisa, Voy a darte sexo y amor del que envicia. Ven, princesa, ven de prisa, Voy a darte sexo y amor".
"Te encontré" – dijiste – "te encontré", Y comencé a ponerme en pie. "Te encontré" – dijiste – "te encontré", Y yo pensé para mí: "Te encontré".
Te miré, de nuevo te miré, Y encontré tus ojos atravesándome. "Te encontré" – dijiste – "te encontré", Y me dejé caer dentro de tu red. Dentro de tu red.
Dijiste: "Ven, princesa, ven de prisa, Voy a darte sexo y amor del que envicia. Ven, princesa, ven de prisa, Voy a darte sexo y amor del que envicia". ¡Ah!
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