thaliaТалия. "С каждым днем сильнее"

Глава. 1. Раскрывая артистку

 

Estoy convencida de que las circunstancias en la vida me llevaron a ser artista, pero, por más que
ame mi profesión, en ella nunca me he sentido como pez en el agua. Siempre me he sentido incómoda
en el mundo del espectáculo, principalmente porque no soy una persona a la que le guste hacer alarde
de su éxito. Tampoco me gusta demasiado hablar de mí. Mi mamá todavía me dice que tengo que
aprender a “creérmela”, porque muchas veces actúo como incrédula de mi propio éxito. Pero creo
que en mi destino estaba escrito que debía entrar a formar parte de este mundo. Si me la creo o no,
pues… no sé si lo logre en esta vida, porque todavía hay demasiadas cosas de esta carrera que son
difíciles de digerir para mí. Como el viajar constantemente y estar lejos de mi familia, el reto de
estar siempre trabajando, siempre promocionando, siempre dando mi todo con una sonrisa en la cara
y sin mostrar el cansancio. Es sin duda un trabajo que te da mucho, pero también es muy demandante
y creo que de eso es de lo que la gente muchas veces no se da cuenta. A fin de cuentas, en lo más
profundo de mi ser, lo que yo amo realmente es cantar, escribir una canción, pasar horas en los
estudios de grabación con los músicos, crear sonidos y nuevas propuestas musicales, hacer de esos
momentos magia, tonos y sonidos cadenciosos, armónicos, que existirán para siempre. Me apasiona
pensar que esas canciones puedan acompañar a algún ser en el mundo en los momentos más
importantes de su vida, en su boda, sus quince años, sus penas, sus logros, sus amores. Me emociona
estar en un escenario y sentir a mi gente en vivo, olerlos, tocarlos, cantar esas canciones que algún
día fueron una simple idea, a coro, con miles de voces en un show. Convivir con mis diversos grupos
de admiradores en diferentes partes del mundo, y conocernos personalmente, platicar; además de lo
grandioso que es poder interpretar a un personaje que me estremezca de raíz.
Eso para mí es lo mágico de mi profesión… eso es vida… es cuando grito a través de todos mis
poros: “¡Estoy viva… estoy aquí… estoy plena… y soy YO!”.
Me fascina el arte; crearlo y expresarlo. Cuando esa parte mágica de mi profesión se ve empañada
por ciertos rumores o imágenes distorsionadas que algunas personas crean sobre la artista, se me
hace difícil de entender, de procesar lo que les molesta; se me atora en la garganta porque no lo
puedo digerir, no fluye. Esa parte del trabajo no es lo que yo soñé. Sin embargo he ido avanzando en
contra de la corriente, quitándome las algas, las redes y las trampas en las que han querido meterme
para “eliminarme”. Pero, ¿la verdad? Nadie puede eliminar la luz aunque a muchos les molesta su
destello. Como me dijo un día uno de mis fans: “Mi reina, si les molesta tu luz, ¡que se pongan sus
lentes de sol!”.
Desde que las redes sociales en Internet tomaron fuerza en el mundo, le doy gracias a Dios de que
puedo comunicarme con mis fans directamente y ver sus reacciones en tiempo real; puedo hablarles
de todo, desde desearles las buenas noches, hasta contarles las cosas por las que voy pasando en mi
vida, lo que aprendo, lo que leo, lo que me hace soñar. Me encanta porque me ha permitido
convertirme en mi vocero.
Debo aclarar que ninguna red social ni los muchos expertos que he visitado en busca de respuestas
son necesariamente los responsables de mi paz mental. La clave es aceptarnos tal y como somos.
Porque nos pasamos la vida queriendo cambiar o ser otra persona que pensamos que es más perfecta
que nosotros. Queremos tener lo que el otro tiene, la fama, la casa, el hombre, la familia o el trabajo.
Y así se nos va pasando la vida sin nunca saber qué es lo que verdaderamente es mejor para
nosotros, sin tener claro qué es lo que realmente podemos dar, quiénes somos, cómo podemos
mejorar o modificar actitudes y pensamientos, y extraer lo mejor de nosotros y magnificarlo. En el
momento en que comprendí esto todo fue a mejor. Dejé de ver todo desde afuera, por encima, y
comencé a verme por dentro, a conocer y aceptar mis limitaciones y a comprender que hay momentos
y lugares en los cuales estaré en la cumbre, y otros en los que les tocará el turno a los demás.
Entonces, sabrás el valor de la libertad para decir no.
Fue leyendo un libro que me recomendó una amiga, The Drama of the Gifted Child (El drama del
niño superdotado), donde descubrí que mucho de lo que me atormentaba a mí, a lo largo de mi
carrera y de mi vida, era no entender por qué me había tocado ser famosa. Eso me generaba una
ansiedad muy rara, que no podía procesar; era como una desesperación constante, latente.
El hecho de querer quedar bien con todos, excepto conmigo misma, hizo que en el transcurso de mi
carrera, cuando me presentaban un proyecto, sin pensarlo, ni revisarlo, inmediatamente daba el “sí”
para complacer al productor, al empresario o a mi mánager que, increíblemente, era mi mamá.
En el documental que filmamos para el disco: Primera fila, hay un momento en que el
entrevistador me llevó a un nivel de apertura de lo más íntimo de mi ser; le confesé que lo único que
quería era cantar como cuando era niña; necesitaba ver a esa niña a los ojos y reencontrarme con
ella. Así surgió la idea de este libro, una forma de viajar del pasado al presente, y de rescatar a la
niñamujer para tener un futuro sólido.
Thalia, la niña, tenía que regresar a mí.
Llegó por fin el momento del reencuentro con aquella niña silenciosa que pensaba que su padre
había muerto por culpa de ese último beso; todo cambió. La abracé, la rescaté, le pedí perdón, le dije
con todo mi ser: “Te amo… nada te va a faltar… no tengas miedo del futuro, yo estoy ahí… todo
saldrá bien”.
Me abracé… me rescaté… me perdoné.
Porque más que aceptarte a ti mismo, es perdonarte de tantas cosas… Yo fui muy severa conmigo
misma, una juez implacable de mis propios actos. Los peores jueces que puede uno tener somos
nosotros mismos, los más severos castigos suelen salir de nosotros mismos. ¡Y si somos Virgo,
todavía peor!
En todo este proceso, también he aprendido a soltar lo que no soy capaz de cambiar.
A aceptar lo que no puedo cambiar.
A dejar de querer controlar lo incontrolable.
Aprendí a decirle a la muerte: “Llorona… ya no te tengo miedo”.

Я убеждена в том, что это жизненные обстоятельства подвели меня к тому, чтобы стать артисткой,

но как бы я ни любила свою профессию, я никогда не чувствовала себя в ней, как рыба в воде. Я всегда чувствовала себя неспокойно в мире зрелищ, главным образом потому, что мне не нравится хвастаться своими успехами, а также не нравится слишком много говорить о себе. Мама до сих пор говорит мне, что я должна научиться “верить в себя”, потому что часто я поступаю так, будто не верю в собственный успех. Но я думаю, что самой судьбой мне было предначертано становиться частью закулисного мира, и неважно верю ли я в себя или нет… Я не знаю, достигну ли этого в своей жизни, потому что в этой профессии все еще есть слишком много вещей, которые мне трудно переносить. Например, постоянные гастроли, пребывание вдали от семьи, вечная работа, реклама, полная самоотдача – и все это всегда с улыбкой на лице, не показывая усталости. Нет, конечно же, эта работа многое дает тебе, но и взамен требует не меньше; думаю, именно это люди зачастую и не понимают. Как бы то ни было, а в глубине души я на самом деле обожаю петь, писать песни, проводить часы в студии звукозаписи с музыкантами, создавать звуки и новые музыкальные проекты, творить в эти моменты чудеса – подбирать гармоничный тон и звучание, которые будут существовать вечно. Меня захватывает мысль о том, что мои песни смогут сопровождать кого-то в этом мире в самые важные моменты его жизни – на свадьбе, в день пятнадцатилетия, в его страданиях, достижениях, любви. Для меня очень трогательно и волнительно – стоять на сцене, живьем чувствовать людей, их запах, касаться их, петь хором вместе с тысячами голосов присутствующих на концерте людей те песни, что когда-то были простой задумкой; поддерживать отношения с разными группами поклонников в разных частях света, узнавать друг друга лично, разговаривать, общаться. И, кроме того, это  грандиозная возможность перевоплотиться, исполнить роль, потрясшую тебя до самой глубины души.

Для меня это чудо, волшебство моей профессии… это жизнь… когда я кричу каждой клеточкой

своего тела: “Я жива… я здесь… я вся целиком… и это – Я!”

Искусство меня завораживает своим творением, своим самовыражением. Когда эта чарующая часть моей профессии оказывается замутненной разного рода слухами и извращенными домыслами, которые распускают об артистах некоторые люди, мне бывает очень сложно понять, что их беспокоит. У меня стоит комок в горле, потому что я не могу выносить это, и комок этот невозможно проглотить.  Я никогда не мечтала об этой оборотной стороне своей работы. И тем не менее, я продвигалась вперед, плывя против течения, устраняя со своего пути водоросли, сети и ловушки, в которые меня хотели затащить, чтобы “убрать” с выбранной мною дороги. Но на самом деле никто не может убрать свет, даже если многим мешает его сияние. Как-то один из моих фанов сказал мне: “Королева моя, если им мешает твой свет, пусть нацепят солнцезащитные очки!”

С тех пор как по всему миру в интернете набрали силу социальные сети, я благодарю Бога за то, что могу напрямую общаться с моими фанами и видеть их реакцию в режиме реального времени. Я могу говорить с ними обо всем, начиная с пожелания спокойной ночи и заканчивая рассказами о том, что происходит в моей жизни, что я изучаю, что читаю, о чем мечтаю. Мне нравится подобное положение дел, поскольку интернет позволил мне стать пресс-атташе себя самой.

Я должна пояснить, что ни одна социальная сеть, ни множество экспертов, которых я посетила в поисках ответов, вовсе не несут ответственность за мое душевное спокойствие. Принять себя такими, какие мы есть, – вот ключ к достижению спокойствия. Мы проводим свою жизнь, желая измениться или стать другим человеком, который, как мы думаем, гораздо лучше нас. Мы хотим иметь то, что имеет другой – славу, дом, мужа, семью или работу. Вот так, в погоне за другими, мы и живем, не понимая, что же в действительности для нас лучше. Мы не имеем ясного представления о том, что  можем дать на самом деле, о том, какие мы, и как мы можем улучшить или изменить свое поведение и свои мысли, как можем извлечь из себя все самое лучшее и приумножить. В тот самый миг, когда я поняла все это, мне стало лучше. Я перестала видеть все поверхностно, как бы снаружи, я начала видеть себя изнутри, узнавать себя, принимать свои ограничения. Я поняла, что в жизни есть такие моменты, когда на вершине окажусь я, но есть и такие, когда придет черед других достичь этих самых высот. И тогда ты осознаешь цену свободы, чтобы сказать: “нет”.

Я прочитала одну книгу, которую посоветовала мне моя подруга, “Драма одаренного ребенка” Алис Миллер и открыла, что многое из того, что мучило меня на протяжении моей артистической карьеры и всей моей жизни, было непонимание того, почему мне удалось стать знаменитой. Оно порождало во мне необычное смятение, странную, неосознанную тревогу. Я постоянно пребывала в скрытом от всех безысходном отчаянии.

Тот факт, что я хотела быть хорошей со всеми, кроме себя самой, привел к тому, что на протяжении своей артистической карьеры я не просматривала предлагаемые мне проекты, а немедленно, не раздумывая, соглашалась, чтобы угодить продюсеру, импресарио или менеджеру, которым, хоть это и невероятно, была моя мама.

В документальном фильме, который мы снимаем для диска “Primera fila” есть момент, когда человек, берущий у меня интервью, вывел меня на уровень раскрытия самого личного, того, что глубоко внутри меня, и я призналась ему, что единственное, что мне хотелось бы, это спеть так, как я пела, когда была девочкой. Мне было необходимо снова встретиться с этой девочкой и посмотреть ей в глаза. Так возникла идея этой книги, некий способ путешествия из прошлого в настоящее, чтобы выпустить на свободу ту самую девочку-женщину и иметь прочное будущее.

Талия-девочка, она должна вернуться ко мне.

Наконец пришло время новой встречи с той самой не разговаривающей девочкой-молчуньей, которая думала, что ее папа умер по ее вине, из-за ее последнего поцелуя. Все изменилось. Я обняла ее, выпустила на волю, попросила у нее прощения. Я сказала ей от всей души: “Я люблю тебя...у тебя будет все... не бойся будущего, я здесь... все будет хорошо”.

Я обняла себя... я освободила себя... я простила себя.

Потому что принимать себя в себе самом – это больше, чем прощать себе множество вещей... Я была сурова к себе самой, была безжалостной судьей своих собственных деяний. Самые худшие судьи, которых может иметь человек – это мы сами, и самые суровые наказания, обычно, исходят от нас самих. А если мы – Девы, то все еще хуже!21

За это время я научилась смиряться с тем, что не способна меняться.

Я научилась принимать то, что не могу измениться.

Я научилась переставать желать управлять неуправляемым.

Я научилась говорить смерти: “Плакальщица... я не боюсь тебя”.

21 Талия по знаку гороскопа Дева. Она родилась 26 августа 1971 года

© Перевод — Вера Голубкова

 

 

Estoy convencida de que las circunstancias en la vida me llevaron a ser artista, pero, por más que
ame mi profesión, en ella nunca me he sentido como pez en el agua. Siempre me he sentido incómoda
en el mundo del espectáculo, principalmente porque no soy una persona a la que le guste hacer alarde
de su éxito. Tampoco me gusta demasiado hablar de mí. Mi mamá todavía me dice que tengo que
aprender a “creérmela”, porque muchas veces actúo como incrédula de mi propio éxito. Pero creo
que en mi destino estaba escrito que debía entrar a formar parte de este mundo. Si me la creo o no,
pues… no sé si lo logre en esta vida, porque todavía hay demasiadas cosas de esta carrera que son
difíciles de digerir para mí. Como el viajar constantemente y estar lejos de mi familia, el reto de
estar siempre trabajando, siempre promocionando, siempre dando mi todo con una sonrisa en la cara
y sin mostrar el cansancio. Es sin duda un trabajo que te da mucho, pero también es muy demandante
y creo que de eso es de lo que la gente muchas veces no se da cuenta. A fin de cuentas, en lo más
profundo de mi ser, lo que yo amo realmente es cantar, escribir una canción, pasar horas en los
estudios de grabación con los músicos, crear sonidos y nuevas propuestas musicales, hacer de esos
momentos magia, tonos y sonidos cadenciosos, armónicos, que existirán para siempre. Me apasiona
pensar que esas canciones puedan acompañar a algún ser en el mundo en los momentos más
importantes de su vida, en su boda, sus quince años, sus penas, sus logros, sus amores. Me emociona
estar en un escenario y sentir a mi gente en vivo, olerlos, tocarlos, cantar esas canciones que algún
día fueron una simple idea, a coro, con miles de voces en un show. Convivir con mis diversos grupos
de admiradores en diferentes partes del mundo, y conocernos personalmente, platicar; además de lo
grandioso que es poder interpretar a un personaje que me estremezca de raíz.
Eso para mí es lo mágico de mi profesión… eso es vida… es cuando grito a través de todos mis
poros: “¡Estoy viva… estoy aquí… estoy plena… y soy YO!”.
Me fascina el arte; crearlo y expresarlo. Cuando esa parte mágica de mi profesión se ve empañada
por ciertos rumores o imágenes distorsionadas que algunas personas crean sobre la artista, se me
hace difícil de entender, de procesar lo que les molesta; se me atora en la garganta porque no lo
puedo digerir, no fluye. Esa parte del trabajo no es lo que yo soñé. Sin embargo he ido avanzando en
contra de la corriente, quitándome las algas, las redes y las trampas en las que han querido meterme
para “eliminarme”. Pero, ¿la verdad? Nadie puede eliminar la luz aunque a muchos les molesta su
destello. Como me dijo un día uno de mis fans: “Mi reina, si les molesta tu luz, ¡que se pongan sus
lentes de sol!”.
Desde que las redes sociales en Internet tomaron fuerza en el mundo, le doy gracias a Dios de que
puedo comunicarme con mis fans directamente y ver sus reacciones en tiempo real; puedo hablarles
de todo, desde desearles las buenas noches, hasta contarles las cosas por las que voy pasando en mi
vida, lo que aprendo, lo que leo, lo que me hace soñar. Me encanta porque me ha permitido
convertirme en mi vocero.
Debo aclarar que ninguna red social ni los muchos expertos que he visitado en busca de respuestas
son necesariamente los responsables de mi paz mental. La clave es aceptarnos tal y como somos.
Porque nos pasamos la vida queriendo cambiar o ser otra persona que pensamos que es más perfecta
que nosotros. Queremos tener lo que el otro tiene, la fama, la casa, el hombre, la familia o el trabajo.
Y así se nos va pasando la vida sin nunca saber qué es lo que verdaderamente es mejor para
nosotros, sin tener claro qué es lo que realmente podemos dar, quiénes somos, cómo podemos
mejorar o modificar actitudes y pensamientos, y extraer lo mejor de nosotros y magnificarlo. En el
momento en que comprendí esto todo fue a mejor. Dejé de ver todo desde afuera, por encima, y
comencé a verme por dentro, a conocer y aceptar mis limitaciones y a comprender que hay momentos
y lugares en los cuales estaré en la cumbre, y otros en los que les tocará el turno a los demás.
Entonces, sabrás el valor de la libertad para decir no.
Fue leyendo un libro que me recomendó una amiga, The Drama of the Gifted Child (El drama del
niño superdotado), donde descubrí que mucho de lo que me atormentaba a mí, a lo largo de mi
carrera y de mi vida, era no entender por qué me había tocado ser famosa. Eso me generaba una
ansiedad muy rara, que no podía procesar; era como una desesperación constante, latente.
El hecho de querer quedar bien con todos, excepto conmigo misma, hizo que en el transcurso de mi
carrera, cuando me presentaban un proyecto, sin pensarlo, ni revisarlo, inmediatamente daba el “sí”
para complacer al productor, al empresario o a mi mánager que, increíblemente, era mi mamá.
En el documental que filmamos para el disco: Primera fila, hay un momento en que el
entrevistador me llevó a un nivel de apertura de lo más íntimo de mi ser; le confesé que lo único que
quería era cantar como cuando era niña; necesitaba ver a esa niña a los ojos y reencontrarme con
ella. Así surgió la idea de este libro, una forma de viajar del pasado al presente, y de rescatar a la
niñamujer para tener un futuro sólido.
Thalia, la niña, tenía que regresar a mí.
Llegó por fin el momento del reencuentro con aquella niña silenciosa que pensaba que su padre
había muerto por culpa de ese último beso; todo cambió. La abracé, la rescaté, le pedí perdón, le dije
con todo mi ser: “Te amo… nada te va a faltar… no tengas miedo del futuro, yo estoy ahí… todo
saldrá bien”.
Me abracé… me rescaté… me perdoné.
Porque más que aceptarte a ti mismo, es perdonarte de tantas cosas… Yo fui muy severa conmigo
misma, una juez implacable de mis propios actos. Los peores jueces que puede uno tener somos
nosotros mismos, los más severos castigos suelen salir de nosotros mismos. ¡Y si somos Virgo,
todavía peor!
En todo este proceso, también he aprendido a soltar lo que no soy capaz de cambiar.
A aceptar lo que no puedo cambiar.
A dejar de querer controlar lo incontrolable.
Aprendí a decirle a la muerte: “Llorona… ya no te tengo miedo”.