1. El factor humano

En toda situación de tráfico intervienen tres elementos; el conductor, el vehículo y la vía y su entorno. Gran parte de los accidentes de tráfico, entre 70 y 90 de cada 100, son debidos principalmente al factor humano, el conductor. Ejemplo de ésto son las distracciones o la conducción bajo los efectos del alcohol.

1.1 Tiempo de reacción

Es el tiempo que transcurre desde que el conductor ve un obstáculo hasta que reacciona. Este tiempo varía en función del estado psicofísico del conductor, nunca por la velocidad ni por el estado de la vía.

Aunque parezca que la reacción ante un obstáculo o situación imprevista tenga que ser instantánea, el tiempo medio de reacción de un conductor es de aproximadamente 0,75 segundos, entre 0,5 y 1 segundo.

1.2 Distancia de reacción

Es la distancia que recorre el vehículo durante el tiempo de reacción. A mayor tiempo de reacción mayor será la distancia recorrida. Esta distancia también varía con la velocidad, a mayor velocidad mayor será la distancia de reacción.

1.3 Distancia de frenado

Es la recorrida por el vehículo desde que el conductor acciona el freno hasta que queda detenido. Esta distancia puede variar dependiendo de los siguientes factores: 

  • De la velocidad a que se circula.
  • Del estado de los neumáticos, suspensión y frenos del vehículo.
  • De la carga del vehículo.
  • Del estado del pavimento.
  • De las condiciones meteorológicas de la vía.

En pavimento mojado la distancia de frenado puede llegar a ser hasta el doble que en el caso de pavimento seco y hasta diez veces más cuando existe hielo en la calzada.

1.4 Distancia de detención

La distancia de detención es la suma de la distancia de reacción más la distancia de frenado.

 

1.5 Distancia de seguridad entre vehículos

Entre nosotros y el vehículo que nos precede debemos dejar suficiente espacio para que en el caso que dicho vehículo se detenga bruscamente, nosotros también podamos detenernos sin colisionar con él.

Esta distancia, conocida como distancia de seguridad, la aumentaremos en función de:

  • Estado psicofísico del conductor.
  • La velocidad. 
  • La falta de visibilidad (niebla, humos, nieve).
  • Las condiciones de adherencia del pavimento.
  • El estado del vehículo.

Cómo calcular la distancia de seguridad

En general siempre debemos mantener una distancia de seguridad, respecto al vehículo que nos precede, de un mínimo de 2 segundos en zona urbana y de 3 segundos en carretera. Esta distancia de seguridad nos permitirá reaccionar con tiempo suficiente para poder tomar las decisiones más adecuadas ante circunstancias imprevistas.

No obstante, en determinadas circunstancias debemos aumentar esta distancia de seguridad al menos un segundo más respecto al vehículo que nos precede. Por Ejemplo:

  • Cuando se conduce bajo condiciones ambientales adversas como lluvia o durante la noche.
  • Cuando el estado del conductor no es el más adecuado, por ejemplo si se encuentra fatigado o somnoliento.
  • Cuando otro vehículo nos sigue demasiado cerca.

1.6 Factores que disminuyen las aptitudes del conductor

1.6.1 La fatiga

La conducción exige un esfuerzo físico y psíquico. Cuando este esfuerzo se realiza de manera intensa o continuada aparece la fatiga, ya sea física o psíquica.

La fatiga supone una disminución de la capacidad de rendimiento del conductor, es decir, de la capacidad para conducir con los niveles normales de seguridad.

La fatiga corporal se manifiesta en el cansancio de los músculos o del organismo en general. La fatiga psíquica se manifiesta disminuyendo la capacidad de concentración y de percepción de los estímulos que se reciben del entorno.

La fatiga puede verse facilitada por:

  • Factores externos.
  • Factores relacionados con el vehículo.
  • Factores relacionados con el propio conductor.

Entre los factores externos que facilitan la fatiga se encuentran la monotonía de la carretera, las congestiones y retenciones de tráfico, el mal estado de la vía, las condiciones meteorológicas o ambientales desfavorables, etc.

Entre los factores relacionados con el vehículo el ruido excesivo del motor, la ventilación inadecuada del habitáculo, el exceso de calefacción, una iluminación defectuosa, la falta de confort del vehículo, etc.

Entre los factores relacionados con el propio conductor se pueden citar las largas jornadas al volante, la atención y concentración permanentes, la mala colocación en el asiento del vehículo, la necesidad imperiosa de cumplir un horario, la conducción con hambre o sueño, la ingesta de alcohol o comidas copiosas, las malas posturas al volante, el estrés, etc.

Efectos producidos por la fatiga

  • Agarrotamiento muscular, ya que los músculos no están relajados.
  • Agotamiento físico, sensación general de cansancio.
  • Lentitud y falta de precisión en los movimientos.
  • Disminución de la atención.
  • Aumento del tiempo de reacción ante estímulos externos.

Cómo combatir la fatiga

La sensación de fatiga tiene una función protectora del propio organismo. Es como una señal de alarma que indica que las facultades han llegado al límite de sus posibilidades y es precisa una recuperación de energía para conducir o seguir conduciendo con las debidas garantías de seguridad.

  • El mejor remedio para recuperarse y combatir la fatiga es parar cada 2 horas para descansar.

2. El factor vehículo

El vehículo es un elemento muy importante en toda situación de tráfico, siendo imprescindible seguir el plan de mantenimiento indicado por el fabricante así como pasar las correspondientes inspecciones técnicas (ITV). La gran mayoría de los accidentes producidos por un fallo mecánico podrían haberse evitado con un mantenimiento adecuado.

Los vehículos llevan instalados elementos de seguridad que debemos conocer y utilizar correctamente. Estos elementos pueden ser de seguridad activa o pasiva según su finalidad.

Los elementos de seguridad activa o primaria tienen como finalidad reducir la posibilidad de que se produzca un accidente, actuando antes de que se produzca, ya sea de forma automática o por la intervención del conductor.

Por su parte los elementos de seguridad pasiva o secundaria, como puede ser el airbag, actúan de forma automática para reducir la gravedad de las lesiones sufridas en un accidente.

2.1 Elementos de la seguridad activa

2.1.1 El alumbrado

Su función es la de permitir ver y ser vistos. Debemos comprobar periódicamente su correcto funcionamiento y no descuidar su uso, por ejemplo realizando un cambio de dirección sin usar los indicadores de dirección.

Los últimos avances en cuanto a sistemas de alumbrado son:

  • Lámparas Xenón o Bi-Xenón:
    Emiten una luz más parecida a la luz natural, reducen la fatiga ocular y la posibilidad de deslumbrar a otros conductores.
  • Luces adaptativas:
    Esta tecnología consigue que al llegar a una curva el haz de luz no marque una línea recta sino que siga la trayectoria de la curva.
  • Luces de día:Utilizan tecnología LED de bajo consumo para hacer más visible el vehículo. Hasta que su uso no sea obligatorio, se recomienda encender la luz de corto alcance al circular de día fuera de poblado.

2.1.2 Los neumáticos

Los neumáticos provocan la mayor parte de los accidentes debidos a un fallo mecánico.

El neumático es una pieza de caucho que forma la parte exterior de la rueda. Su función principal es lograr un contacto adecuado con el pavimento por adherencia y fricción, posibilitando el arranque, frenado y guía del vehículo.

En la parte lateral del neumático encontramos especificado su tipo y características, como por ejemplo la carga o velocidad máxima que puede soportar o su fecha de fabricación:

  • Dimensiones del neumático:
    Indica el ancho del neumático en milímetros y la relación entre la altura del flanco y el ancho del neumático, lo que se llama el perfil.
  • Estructura:
    Los neumáticos tienen una estructura de hilos que los refuerzan. Dependiendo de la orientación de estos hilos podemos clasificar los neumáticos en diagonales o radiales. La mayoría de los vehículos actuales utiliza los de tipo radial (R) por ofrecer mayor adherencia y rendimiento kilométrico.
  • Diámetro de la llanta:
    Indica el diámetro de la llanta, en pulgadas, sobre la que se montará el neumático.
  • índice de carga:
    Indica la carga máxima que puede transportar el neumático. El índice de carga de los neumáticos de nuestro vehículo debe ser siempre igual o superior al recomendado por el fabricante del vehículo. En el caso de la imagen superior, un índice de carga 110 indica una carga máxima de 1060 kg por neumático.
  • Código de velocidad:
    Indica la velocidad máxima a la que puede circular el neumático. Los neumáticos que instalemos deben tener un código de velocidad mayor o igual al recomendado por el fabricante del vehículo. En el caso de la imagen superior, un código de velocidad S indica una velocidad máxima de 180 km/h.
  • Fecha de fabricación:
    Indica la semana y el año de fabricación. Es recomendable que el neumático no tenga más de 5 años ya que el caucho puede endurecerse y perder su capacidad de adherencia.
  • Tipo de cámara de aire:
    Según su montaje los neumáticos pueden ser:
    • Con cámara: Utilizan cámara y una llanta específica para ello. Los utilizan algunos 4x4 y vehículos agrícolas.
    • Tubeless o sin cámara: No utilizan cámara. Los flancos del neumático se adhieren a la llanta durante el montaje para evitar la pérdida de aire, por lo que la llanta debe ser específica para ello. Actualmente la mayoría de vehículos utiliza este tipo de neumático.

Indicadores de desgaste TWI

La parte plana del neumático que está en contacto con la superficie se denomina banda de rodadura. Es la zona que sufre más desgaste, por lo que es conveniente comprobar que la profundidad de las ranuras de su dibujo no es inferior a los 1,6 milímetros. En este caso deberemos sustituir el neumático.

Los neumáticos llevan unos indicadores, denominados TWI, que nos ayudarán a comprobar el desgaste. Se encuentran dentro de las ranuras del dibujo y tienen una altura de 1,6 milímetros. Cuando el dibujo quede al mismo nivel que dichos indicadores deberemos cambiar el neumático.

2.1.3 Los frenos

La función de los frenos es disminuir progresivamente la velocidad de nuestro vehículo o, cuando ya se encuentra inmóvil, mantenerlo detenido.

Los tipos de freno más utilizados son:

Frenos de disco: Funcionan por la fricción de unas pastillas sobre un disco de acero conectado a la rueda. Son los más utilizados, ofrecen una mayor eficacia con frenadas más suaves y progresivas.

Frenos de tambor: Dos zapatas presionan contra la superficie interior de un tambor conectado a la rueda.

Existen otros tipos de frenos. Las bicicletas, por ejemplo, acostumbran a utilizar frenos de llanta, los cuales funcionan por la fricción de las pastillas directamente sobre la llanta de la rueda.

Sistema de antibloqueo ABS

Al frenar de forma brusca existe el peligro de que las ruedas queden bloqueadas con la consiguiente pérdida de control del vehículo. Para que esto no ocurra existe el sistema antibloqueo ABS.

Si en una frenada brusca una o varias ruedas reducen repentinamente su velocidad de giro, el ABS lo detecta e interpreta que las ruedas están a punto de quedar bloqueadas sin que el vehículo se haya detenido. En este momento el sistema reduce automáticamente la presión realizada por el conductor sobre los frenos, permitiendo que las ruedas sigan girando sin llegar a bloquearse.

Desde el año 2004 es obligatorio que todos los turismos fabricados en la Unión Europea llevan instalado el sistema ABS como equipo de serie.

Cómo realizar una frenada de emergencia

  • Con sistema ABS:
    Pisaremos a fondo el pedal del freno y no levantaremos el pie hasta que el vehículo se haya detenido. Al entrar en funcionamiento el sistema ABS notaremos un leve temblor en el pedal que es del todo normal.
  • Sin sistema ABS:
    Pisaremos con fuerza el pedal del freno, reduciendo progresivamente la presión a medida que el vehículo va perdiendo velocidad.

2.1.4 Suspensión y amortiguación

El sistema de suspensión y amortiguación es el encargado de mantener el contacto del vehículo con el asfalto garantizando su estabilidad. Cuando se encuentra en mal estado disminuye la estabilidad y el confort, aumenta la distancia de frenado y las luces tienden oscilar con exceso circulando de noche.

2.2 Elementos de seguridad pasiva

2.2.1 Chasis y carrocería

Protegen a los ocupantes del vehículo absorbiendo parte de la energía desprendida en una colisión.

También pueden ser considerados elementos de la seguridad activa ya que influyen en la estabilidad del vehículo y, consecuentemente, a evitar los accidentes.

2.2.2 Cinturón de seguridad

El cinturón de seguridad protege a los ocupantes del vehículo en caso de accidente o detención brusca, evitando que se desplacen por el interior del vehículo o salgan despedidos.

Circulando a 50 km/h y sin cinturón, el impacto con el parabrisas es equivalente a una caída desde un tercer piso, por lo que la correcta colocación del cinturón de seguridad es muy importante.

La parte superior de la cinta debe colocarse sobre la clavícula, a medio camino entre el hombro y el cuello, mientras que la parte inferior de la cinta se colocará sobre los huesos de la cadera, siempre por debajo del abdomen. No colocar correctamente la parte inferior de la cinta puede provocar que el cuerpo se deslice por debajo de ella y salga despedido, lo que se conoce como el efecto submarino.

Uso obligatorio del cinturón de seguridad

Es obligatorio el uso de cinturones de seguridad u otros sistemas de retención homologados, correctamente abrochados, tanto en la circulación de vías urbanas como interurbanas:

  • Por el conductor y los pasajeros de:

    • Los turismos.
    • Aquellos vehículos con masa máxima autorizada de hasta 3.500 kilogramos que, conservando las características esenciales de los turismos, estén dispuestos para el transporte, simultáneo o no, de personas y mercancías.
    • Las motocicletas y motocicletas con sidecar, ciclomotores, vehículos de tres ruedas y cuadriciclos, cuando estén dotados de estructura de protección y cinturones de seguridad y así conste en la correspondiente tarjeta de inspección técnica.
  • Por el conductor y los pasajeros de los asientos equipados con cinturones de seguridad u otros sistemas de retención homologados de los vehículos destinados al transporte de mercancías y de los vehículos mixtos.
  • Por el conductor y los pasajeros de más de tres años de edad de los asientos equipados con cinturones de seguridad u otros sistemas de retención homologados de los vehículos destinados al transporte de personas de más de nueve plazas, incluido el conductor. Los pasajeros deberán ser informados de esta obligación.

La utilización de los cinturones de seguridad y otros sistemas de retención homologados por determinadas personas en función de su talla y edad, excepto en los vehículos de más de nueve plazas, incluido el conductor, se ajustará a las siguientes indicaciones:

  • En los asientos delanteros del vehículo:

    • Queda prohibido circular con menores de doce años situados en los asientos delanteros del vehículo, salvo que utilicen dispositivos homologados al efecto. Excepcionalmente, cuando su estatura sea igual o superior a 135 centímetros, los menores de doce años podrán utilizar como tal dispositivo el propio cinturón de seguridad para adultos de que estén dotados los asientos delanteros.
    • Los niños no podrán utilizar un dispositivo de retención orientado hacia atrás instalado en un asiento del pasajero protegido con un airbag frontal, a menos que haya sido desactivado, condición que se cumplirá también en el caso de que dicho airbag se haya desactivado adecuadamente de forma automática.
  • En los asientos traseros del vehículo:

    • Las personas cuya estatura no alcance los 135 centímetros, deberán utilizar un dispositivo de retención homologado adaptado a su talla y a su peso.
    • Las personas cuya estatura sea igual o superior a 135 centímetros y no supere los 150 centímetros, podrán utilizar indistintamente un dispositivo de retención homologado adaptado a su talla y a su peso o el cinturón de seguridad para adultos.

En los turismos y en aquellos vehículos cuya masa máxima autorizada de hasta 3.500 kilogramos que, conservando las características esenciales de los turismos, estén dispuestos para el transporte, simultáneo o no de personas y mercancías, que no estén provistos de dispositivos de seguridad no podrán viajar niños menores de tres años de edad. Además, los mayores de tres años que no alcancen los 135 centímetros de estatura deberán ocupar el asiento trasero.

Uso no obligatorio del cinturón de seguridad

Podrán circular sin los cinturones u otros sistemas de retención homologados:

  • Los conductores, al efectuar la maniobra de marcha atrás o de estacionamiento.
  • Las personas provistas de un certificado de exención por razones médicas graves o en atención a su condición de discapacitado. El certificado deberá ser presentado cuando lo requiera cualquier agente de la autoridad responsable del tráfico.

La exención alcanzará igualmente cuando circulen en poblado, pero en ningún caso cuando lo hagan por autopistas, autovías o carreteras convencionales, a:

  • Los conductores de taxis, cuando estén de servicio. Asimismo, cuando circulen en tráfico urbano o áreas urbanas de grandes ciudades, podrán transportar a personas cuya estatura no alcance los 135 centímetros sin utilizar un dispositivo de retención homologado adaptado a su talla y a su peso, siempre que ocupen el asiento trasero.
  • Los distribuidores de mercancías, cuando realicen sucesivas operaciones de carga y descarga de mercancías en lugares situados a corta distancia unos de otros.
  • Los conductores y pasajeros de los vehículos en servicios de urgencia.
  • Las personas que acompañen a un alumno o aprendiz durante el aprendizaje de la conducción o las pruebas de aptitud y estén a cargo de los mandos adicionales del automóvil, responsabilizándose de la seguridad de la circulación.

2.2.3 El airbag

El airbag, o bolsa de aire, se hincha y deshincha en milésimas de segundo al producirse un impacto, protegiendo a los ocupantes del vehículo de las fuerzas de desaceleración y evitando que el cuerpo impacte contra el habitáculo del vehículo. Existen diversos tipos de airbag, los más comunes son los frontales de conductor y acompañante, los laterales y los de techo o de cortinilla.

2.2.4 El apoyacabezas

Previene el latigazo cervical que se produce especialmente en las colisiones por alcance, pudiéndose producir un esquince cervical que es una de las lesiones más usuales en los accidentes de tráfico. Casi una cuarta parte de los accidentados la sufren.

Es muy importante regularlo correctamente, el borde superior del apoyacabezas debe quedar situado entre el límite superior de la cabeza y la altura de los ojos. El espacio existente entre el apoyacabezas y la cabeza debe ser mínimo, no debe superar nunca los 4 centímetros.

2.2.5 El casco

Las lesiones sufridas en la cabeza son la principal causa de muerte en los accidentes en los que están implicados vehículos de dos ruedas. El uso del casco reduce un 30% la posibilidad de sufrir lesiones mortales y aumenta un 20% la posibilidad no sufrir daño alguno.

El casco que utilicemos debe estar homologado y quedarnos bien ajustado a la cabeza. En cuanto al color es preferible elegir los claros y brillantes, ya que son vistos por los demás usuarios con más facilidad y por lo tanto son más seguros.

Cuando el casco haya recibido un golpe, ya sea en un accidente o por una caída del mismo desde una altura superior a los 1,50 metros, es recomendable cambiarlo lo antes posible. En algunos casos los daños sufridos por el casco no son visibles a simple vista.

Los conductores y pasajeros de motocicletas o motocicletas con sidecar, de vehículos de tres ruedas y cuadriciclos, de ciclomotores y de vehículos especiales quad deberán utilizar adecuadamente cascos de protección homologados o certificados según la legislación vigente, cuando circulen tanto en vías urbanas como en interurbanas.

En el caso de los conductores de bicicletas sólo deberán llevar el casco cuando circulen en vías interurbanas, salvo en rampas ascendentes prolongadas, o por razones médicas que se acreditarán o en condiciones extremas de calor.

3. El factor vía

3.1 Conducción en condiciones adversas

Las condiciones climatológicas o ambientales adversas, hacen que la conducción sea más difícil y peligrosa. Los factores climatológicos más importantes a tener en cuenta son la lluvia, la nieve, el hielo, la niebla, el viento y el sol.

3.2 La lluvia

La lluvia disminuye la adherencia de los neumáticos a la calzada y dificulta la visibilidad.

  • En previsión de lluvia, es importante revisar la presión y la profundidad del dibujo de los neumáticos así como el estado de las escobillas y los difusores de aire del parabrisas.
  • Prestaremos especial atención durante las primeras gotas de lluvia caídas. La acumulación de polvo y grasa de los vehículos en la calzada hace que con las primeras gotas se forme una capa de suciedad muy deslizante.
  • Con la calzada mojada los neumáticos pierden adherencia aumentando la distancia necesaria para frenar, por lo que reduciremos la velocidad y aumentaremos la distancia de seguridad. Frenaremos siempre con suavidad para evitar un posible bloqueo de las ruedas.
  • Los frenos mojados también pueden perder eficacia, sobre todo al pasar por zonas con acumulaciones importantes de agua. Para favorecer el secado del sistema de freno realizaremos unas pulsaciones cortas y repetidas al pedal.
  • Realizaremos una correcta ventilación del habitáculo y utilizaremos la luneta térmica para evitar que se empañen los cristales.
  • Ante la disminución de la visibilidad producida por la lluvia utilizaremos las luces de cruce y en su caso las antiniebla.
  • La conducción con lluvia es más exigente y fatigosa para el conductor, por lo que realizaremos paradas de descanso con mayor frecuencia.

Aquaplaning

Uno de los efectos más peligrosos producidos por la lluvia es el conocido como aquaplaning. Se puede producir al circular a cierta velocidad por tramos de la calzada que presenten acumulación de agua.

La función del dibujo de los neumáticos es la de expulsar el agua hacia los laterales de la rueda, despejando de esta forma la zona de rodadura que es la que proporciona adherencia al vehículo. Cuando el dibujo del neumático no es capaz de evacuar la cantidad de agua acumulada, el neumático pierde el contacto con el pavimento y se desliza flotando sobre el agua, haciendo que el conductor pierda el control del vehículo.

La aparición del efecto aquaplaning dependerá de la capacidad de evacuación de agua que tengan los neumáticos, que se mide en litros por segundo, y de la velocidad a la que circulemos. A mayor velocidad, el tiempo que tendrán los neumáticos para evacuar el agua de la calzada será menor, aumentando la probabilidad de sufrir el aquaplaning.

La mejor forma de prevenir el aquaplaning es moderar la velocidad.

3.3 La nieve

La nieve provoca una disminución de la adherencia de los neumáticos y, mientras está nevando, dificulta la visibilidad.

Al realizar un trayecto por una zona con previsión de nevadas, es aconsejable lleva el depósito de combustible lleno. Esto nos permitirá disponer de suficiente tiempo de calefacción en el caso de quedar bloqueados a causa de la nieve. También es aconsejable llevar ropa de abrigo, agua y el teléfono móvil con su batería completamente cargada.

Para lograr una conducción segura en tramos con nieve, es importante llevar los frenos bien reglados, equilibrados y los neumáticos a su debida presión.

Al conducir con nieve en la calzada lo haremos siguiendo las siguientes indicaciones:

  • Arrancaremos el vehículo con suavidad y utilizando la marcha más larga posible, normalmente la segunda o tercera marcha, para evitar que las ruedas patinen.
  • Reduciremos la velocidad.
  • Las frenadas, aceleraciones y giros de volante los realizaremos con suavidad.
  • En vehículos que no dispongan de sistema ABS, siempre que sea posible frenaremos con el motor evitando utilizar el pedal del freno.
  • Circularemos utilizando las roderas de otros vehículos en la nieve, esto nos evitará sufrir deslizamientos laterales.
  • Colocaremos las cadenas en los neumáticos cuando sea necesario.
  • Comprobaremos con frecuencia que en los bajos y guardabarros del vehículo no se acumule nieve, retirándola en el caso de ser así. De no hacerlo, esta acumulación de nieve podría afectar a la dirección del vehículo, especialmente en las curvas y giros.
  • En días de sol, utilizaremos gafas oscuras para evitar el reflejo de los rayos solares en la nieve.
  • Ante la disminución de la visibilidad durante las nevadas, utilizaremos las luces de cruce y en su caso las antiniebla.

3.4 El hielo

La existencia de hielo en la calzada disminuye de forma muy importante la adherencia de los neumáticos.

Debemos tener especial cuidado al circular por zonas sombrías, puentes y proximidades de arroyos en las que será más fácil encontrar hielo, sobre todo si la temperatura es inferior a los cero grados, o próxima, durante la noche y las primeras horas del día.

Al circular sobre hielo actuaremos de la misma forma que en el caso de nieve, arrancando el vehículo con marchas largas, reduciendo la velocidad, actuando sobre el volante y los pedales con suavidad y, en el caso que el vehículo no tenga sistema ABS, frenando con el motor siempre que sea posible.

La siguiente señal nos advierte de la posible existencia de hielo:

Pavimento deslizante por hielo o nieve.
Peligro por la proximidad de una zona de la calzada cuyo pavimento puede resultar especialmente deslizante a causa del hielo o nieve.

 

3.5 La niebla

La niebla reduce de forma brusca la visibilidad. En algunas ocasiones incluso hace imposible el seguir circulando aun disponiendo de un buen equipamiento de luces.

Al circular con niebla actuaremos de la siguiente forma:

  • Utilizaremos el alumbrado de cruce, y antiniebla si es necesario, para ver y ser vistos.
  • Reduciremos la velocidad hasta adaptarla a nuestro campo de visión.
  • Utilizaremos las marcas horizontales de la calzada como guías.
  • Eliminaremos las pequeñas gotas del parabrisas y mantendremos el habitáculo bien ventilado para evitar que se empañen los cristales.
  • Extremaremos la precaución cerca de ríos y zonas húmedas en las que la niebla puede aparecer con mayor frecuencia.
  • Prestaremos atención a la falta de adherencia que produce la niebla al humedecer el asfalto.

La siguiente señal nos indica la proximidad de una zona de visibilidad reducida:

Visibilidad reducida.
Peligro por la proximidad de un tramo en que la circulación se ve dificultada por una perdida notable de visibilidad debida a niebla, lluvia, nieve, humos, etc.

 

 

3.6 El viento

El viento puede sacudir de forma imprevista nuestro vehículo llegando incluso a modificar su trayectoria, especialmente al pasar de zonas resguardadas a zonas desprotegidas como puede ser a la salida de un túnel o al adelantar a un camión.

Al circular por una zona con viento:

  • Comprobaremos la dirección del viento observando la vegetación u otros elementos del entorno de la vía. El viento lateral es el que más puede afectar la estabilidad del vehículo.
  • Reduciremos la velocidad.
  • Sujetaremos el volante con firmeza para mantear la trayectoria deseada.
  • Extremaremos las precauciones ante la posibilidad de encontrar obstáculos en la calzada.
  • Cerraremos las ventanillas para evitar la entrada de polvo o algún objeto inesperado en el habitáculo.

La siguiente señal nos indica la proximidad de una zona en la que sopla viento lateral con frecuencia:

Viento transversal.
Peligro por la proximidad de una zona donde sopla frecuentemente viento fuerte en dirección transversal.

 

3.7 El sol y el calor

Al conducir es importante que la temperatura del interior del vehículo sea la adecuada. Una temperatura excesiva puede aumentar la fatiga del conductor.

  • Utilizaremos el aire acondicionado o el climatizador del vehículo, procurando que la temperatura interior sea aproximadamente de entre 20 y 23 ºC.
  • En el caso de conducir con una temperatura elevada, es aconsejable beber agua o zumos con frecuencia para evitar la deshidratación. Prestaremos especial atención a la conducción después de las comidas ya que el calor aumenta aún más la aparición del sueño.
  • El uso de ropas claras, ligeras y holgadas es recomendable para evitar el calor al volante.
  • Nos protegeremos convenientemente de los rayos solares con el uso de gafas oscuras y parasoles para evitar deslumbramientos o la fatiga ocular.
  • A la hora de comprar un vehículo tendremos en cuenta que un color oscuro, a pleno sol en verano y comparándolo con un color claro, puede provocar un aumento en la temperatura del habitáculo de hasta 10 grados.